Uno.

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Sonó el despertador en el mejor momento de mi sueño. Saque una mano y empece a dar manotazos hasta que encontré el celular y apague ese ruido molesto. Me senté en la cama y aún dormida miraba aquella zapatilla que estaba a lo lejos. 

Un fuerte golpe en mi puerta me hizo dar un salto y reaccionar que tenía que cambiarme o llegaba tarde a la facultad, una vez más. 

- Gracias Pablo - grite. Mi hermano lo hacía todas las mañanas porque sabía que me dormía sentada.

Busque ropa y fui al baño a darme una ducha rápida. Mientras lo hacia pensaba en como decirle a Ignaci que lo nuestro no podía seguir, que me sentía ahogada y necesitaba un tiempo para enfocarme en mis estudios, ya que el quería que estemos todo el día juntos. 

Baje a desayunar, y mi mamá junto a mi hermano ya habían empezado. 

- Buenos días - dije tomando mi taza de la alacena y sirviéndome un poco de café. 

- Buenos días hija ¿como dormiste? - pregunto mi mamá. Como todas las mañanas. 

- Bien ¿y ustedes? 

- No pegue un ojo en toda la noche... estoy pensando en esa maldita audición - dijo mi hermano y le dio un mordisco a su tostada. 

- Te irá bien Dicaprio - dije riendo. 

- No te burles - me dijo clavándome la mirada - estoy muy nervioso.

Pablo mi hermano mayor, nos llevamos dos años pero somos muy unidos. Esta estudiando Cine, Teatro y Televisión. Ambos llevamos el apellido de nuestra madre, Bloom, ya que nuestro padre se fue cuando eramos muy chicos y como ellos no fueron una pareja perfecta mi madre decidió ponernos su apellido, y hoy en día estamos muy agradecidos. 

Estoy tratando de seguir el camino de mi madre, una abogada prestigiada de la ciudad. Y no lo hago para satisfacerla a ella, si no porque realmente me atrae esa carrera. 

- Vengo almorzar - dije tomando mis cosas. 

- Te paso a buscar por la facultad - dijo mi hermano. - Hoy viene Cameron a terminar una obra de teatro que tenemos que entregar en unos días. 

- ¿Cameron? - pregunte. 

- Cameron, que bueno - dijo mi madre - El vino un día a casa Ana, pero vos no estabas... es un chico muy amable - agrego. 

Tomé mis cosas y salí de casa. Camine hasta la parada de colectivo, sentí vibrar mi celular en mi bolsillo: 

"Buen día Ana, nos vemos en un rato en la facultad, te quiero mucho princesa"  

Era un mensaje de Ignaci, ya sus mensajes no me causaban nada y menos que menos que me diga princesa, cuando quizás antes sonreía al ver que era un mensaje de él. 

Llegué a la facultad y me dirigí al aula, cuando estaba por entrar alguien me tomo de la mano, y si, era Ignaci. 

- Hola cariño - dijo sonriendo. 

- Hola - conteste - Ignaci quiero que hablemos. 

- Después - dijo y entro al salón. 

Nunca quería hablar conmigo, nunca me quiere escuchar y creo que ese es uno de los tantos motivos por los que quiero que lo nuestro se termine. 

Empezó la clase de Derecho penal. Mientras dibujaba garabatos en mi cuaderno intentaba buscar las palabras adecuadas para cuando hable con Ignaci. Levante la mirada y el profesor de un segundo a otro había llenado la pizarra de leyes. Después indico que leamos un texto y armemos un trabajo sobre el mismo. 

Dos horas de clases y terminaba mi día, era lo que más me gustaba de este día de cursada. Cuando el profesor dio por terminada la clase, guarde mis cosas y espere a Ignaci en la puerta del aula. 

- ¿Podemos hablar? - le pregunte cuando el salio. 

- ¿Vamos almorzar al bar del otro día? - pregunto él.

- Necesito hablar con vos Ignaci - dije algo nerviosa. 

- ¿Que pasó? - dijo frenando y parándose frente mio - ¿que me queres decir? 

- Es sobre... sobre nosotros - dije y trague saliva. 

Estaba por empezar a decir todo lo que sentía, cuando uno de sus amigos interrumpió. El me miro y no le dio importancia que yo estaba por decirle algo y se fue. No lo podía creer, esto había rebalsado el vaso. 

Salí de la facultad y camine hasta el auto de mi hermano. 

- Que carucha - dijo mi hermano. 

- Estoy cansada nada más - dije. 

- El es Cameron - dijo mi hermano y señalo al asiento del acompañante. 

- Oh, perdón - dije. 

- Hola - dijo Cameron y giro su cabeza. 

Fuimos hasta casa y cuando bajamos lo pude saludar mejor a Cameron. Era un chico alto, y llevaba en sus hombros su mochila. Llevaba una remera blanca y unos jeans. Cuando entramos a casa ellos fueron directo al living, yo fui hasta mi habitación y luego baje a ver que íbamos a cocinar. 

El amigo de mi hermano - Cameron DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora