Una historia más

Té de Canela

Dejame decirte que te veía de lejos, siempre me dio pena hablarte, pasaba todas las mañanas al otro lado de la calle con la esperanza de que me notarás pero creo que no fue así.
Repetía lo mismo cada mañana pasaba al otro lado de la calle y solo miraba como le sonreías a las personas para darles su café.
Yo pude haver entrado, pero no tenia tiempo el trabajo no me lo permitía.
Yo venia desde metro Sevilla y en la cafetería en la que tranajabas estaba sercas del metro Calle 11, unas cuadras más adelante yo trabajaba en una construcción.
Así fue por dos años, asta que me retiraron de la obra, me huviera gustado almenos ir a esa cafetería cuando a un estabas tú.
Me mandaron a Colima, por otra obra estube allá como tres años, regrese al Distrito Federal, al dia siguiente de llegar, me levante temprano y fui a la cafetería en la que trabajabas, con esa misma esperanza de verte sonriendo a los demas.
Llegue a la cafetería, decidí entrar, me senté en una de las mesas disponibles y miraba al rededor con la fe de encontrarte.
Una señorita amable me dijo.
-Buenos días, ¿Ya tomaron su orden?
-Gracias igual mente, no acabo de llegar.
-Gracias, esta bien y ¿Ya decidió que va querer?- de una manera burlona, a decir verdad me era buena persona.
-¿Usted que me recomienda?.
-Si fuera por mi yo le traigo mi especialidad.
-¿Su especialidad?.
-A si es; un té de canela.
-Suena bien, entonces me puede traer un té de canela por favor.
La señorita asintió con la cabeza y se fue, yo seguía buscándote pero no encontré nada.
Pasaron unos minutos, volvió la señorita con una taza.
-Tenga su té echo por mi, ¿Me puede decir que tal sabe?.
Agarro la taza, le doy un sorbo, fue el mejor té de toda mi vida.
-¿Qué tal sabe?- Me tade unos segundos en contestarle, me hacia gracia ver su cara, estaba pasando un mal momento.
-¡Esta muy bueno!, me encanto- se lo dije de una manera simpática, ella sonrió.
-¿Oye te puedo hacer una pregunta?- ella contesto muy rápidamente.
-Claro-  hacerco una silla y se sentó enfrente de mi.
-¿No te dicen nada?, de que ¿Te sientes enfrente de mi, y no estés atendiendo?.
-No, solo vengo ayudar, vengo una vez a la semana, lo hago desde que mi prima trabajaba aquí, como hace dos años.
-¿Segura que no dicen nada?.
-Segurisima.
-Esta bien, te quería preguntar ¿Si conoces a esta chica?- le dije tu descripción, de paso también le conté lo que hacía cada mañana.
Se paro y me dijo que la esperará. A poco tiempo regreso con una foto enmarcada.
-¿Quien de ellas es?- tome la foto y la mire detalladamente.
-Es ella- señalando en la foto
-Se llama Marisol, se fue a su estado natal.
-¿Cuanto tiempo tiene?.
-Hace año y medio, lo siento
-No te preocupes..., ¿Que tal si te invito una taza de té?
Ella sonrió y se fue a preparar dos tazas de té de canela.