Capítulo 3: Advertencias.

798 57 8
                                    

—Y por favor lee este libro —recomendó el padre Nicolai entregándome un libro que aunque yo conocía, nunca había leído.

—¿Drácula de Bram Stoker? —cuestioné leyendo el título de la portada.

Sí no hubiese sido por la visita inoportuna del padre del Nicolai, no sé que carajos me estaría haciendo el señor Arlond.

—Lo necesitarás para responder todas esas preguntas que te atormentan —explicó—. Escóndelo bien y no dejes que el señor Arlond lo vea, por lo que más quieras —recomendó con tono de preocupación en su voz.

—Está bien, padre Nicolai —lo escondí en la cinturilla de mis leggins, de esa forma quedaría oculto gracias al vestido que traía puesto.

—Y por nada del mundo te quites esto
—recomendó poniéndome un brazalete con varias cruces pequeñas, después me entregó una extraña moneda con símbolos raros tallados que no podía describir ni identificar.

—¿Esto para qué sirve? —pregunté observando la extraña moneda.

—Para que lo pongas en la cabecera de tu cama, así Lucian no podrá hacerte daño mientras duermes —explicó casi susurrando.

Guardé la moneda en el bolsillo oculto de mi vestido y observé como el padre Nicolai sacaba una botella de su bolso, por la etiqueta supe que era licor de ajenjo.

—Padre yo no puedo tomar alcohol
—advertí.

—Es por tu bien Evie, bebe un vaso de esto cada noche —insistió entregándome la botella y añadió—: Luego entenderás porqué.

La recibí, algo dudosa.

—Debo irme, tu abuelo se alegrará mucho al saber que estas bien. —Me dio la bendición y luego besó mi frente—. En un mes vendré a verte otra vez y te traeré otra botella. Adiós Evie, por favor cuídate mucho y no dejes que ese hombre te toque —recomendó.

Dicho esto, salió por la puerta que estaba en el jardín.  Yo por mi parte me apresuré a regresar a mi habitación, y una vez dentro de esta aseguré la puerta, examiné el lugar, buscando un sitio seguro en el cual pudiera esconder todas los obsequios del padre.

Vi mi baúl en un rincón, es el escondite perfecto ya que sólo yo tengo la llave,ñ y es con la única que se abre, no importa si le sacan duplicado, el baúl no abre a menos que sea con la llave original.

Unos golpes en la puerta me alarmaron más, corrí hacia el baúl, lo abrí con ayuda de la llave, guardando todo lo que el padre Nicolai me había dado, después lo volví a cerrar con llave y la escondí en mi bolsillo.

"No dejes que ese hombre te toque".

" Y por nada del mundo te quites esto " .

Miré el brazalete, notando que tenía pequeñas letras que no había visto la primera vez, eran letras diminutas.

con gran dificultad leí lo que decía: "Geschützt durch Gott und die Jungfrau".

—Protegida por Dios y la santísima virgen —traduje, agradeciendo mentalmente al abuelo por haberme enseñado alemán.

¿Protegida por Dios y la santísima virgen?

Esa frase solo aumentó mis nervios.

Los golpes en la puerta que habían cesado segundos atrás, se volvieron más insistentes.

Con el corazón latiendo desbocado, caminé hacia la puerta, retiré el pestillo y la abrí, topándome con el rostro molesto de Lucian.

Su piel lucía más pálida y sus ojos azules estaban salvajemente ensombrecidos por el cólera. Me dio un empujón tan fuerte que me obligó a retroceder y caer acostada en la cama.

Hizo un movimiento con la mano izquierda, ocasionando que la puerta se cerrara al instante. Caminó hacia mí, quedando posicionado frente a la cama, se inclinó levemente, tomándome del cuello con fuerza e impidiendo que respirara con normalidad.

—¡Suélteme! —murmuré torpemente mientras forcejaba con él en un intento sobrehumano porque hacer que dejara de apretarme el cuello.

—Escúcheme bien, Evie. Ese estúpido religioso no volverá a pisar mi casa, mucho menos a hablar con usted —siseó sin dejar de ejercer fuerza en su agarre.

Mi vista empezaba a tornarse un poco borrosa, ni siquiera tenía la fuerza necesaria para luchar contra él, me estaba asfixiando.

—¿Entendido? —vociferó.

Asentí, golpeando su mano con insistencia para que me soltara. Suspiró y me soltó, fue en ese instante en el que pude tomar una gran bocanada de aire. Poco a poco volví a respirar con completa normalidad, pero aún estaba bastante afectada, tosiendo con desesperación mientras retrocedía alejándome de él, pero su mano se aferró a mi tobillo.

No me iba a dejar escapar tan fácil.

El frío que emanaba de ella me caló hasta los huesos, causando un estremecimiento casi instantáneo en todo mi ser. Tiró de mi tobillo, jalándome hacia él, luego se  abalanzó sobre mí sin piedad alguna, atacando mis labios.

Me estaba besando, ese maldito loco bipolar se había atrevido a besarme.

Dejándome estupefacta, en una lucha interna entre corresponder o no a su beso. Sus heladas manos vagaban por mi rostro causando escalofríos en todo mi cuerpo. Todo él emanaba frío, sus labios, sus manos también, todo, puedo sentirlo perfectamente a pesar de su ropa.

Como sí no tuviese vida, como sí todo el estuviera muerto, como si estuviera muerto en vida.

Finalmente me dejé llevar por las sensaciones, aún aturdida le devolví el beso, torpemente puesto que era la primera vez que besaba a alguien pero eso no me detuvo a hacerlo, lo besé con furia, con desesperación mientras mis manos acariciaban su espalda.

Pero el momento se vio interrumpido cuando Lucian se separó al tocar accidentalmente mi brazalete, gruñó, retrocediendo a una velocidad increíble, alcanzó la puerta y me miró por varios segundos.

—Evie, su sangre me atrae salvajemente  —habló entre jadeos.

Me miró por última vez y salió de la habitación. Dejándome pensativa, aún acostada,  con la mirada fija en el techo e intentando procesar todo lo que había acabado de ocurrir.

"No dejes que ese hombre te toque" .

La advertencia del padre Nicolai hacía eco en mi mente mientras sentía que el brazalete me quemaba. Logré quitármelo en medio de quejidos de dolor y lo dejé sobre la cama, observando con gran asombro lo que sucedía. El brazalete había tomado un color rojo carmesí, como cuando se está fundiendo el hierro, a diferencia que este no perdió su forma.

"Protegida por Dios y la santísima virgen".

¿Y si el señor Arlond es una especie de ser sobrenatural atrapado en un cuerpo de hombre?

"Evie su sangre me atrae salvajemente".

Debo descubrir de qué clase, debo hallar una forma de escapar de él.


HOLAAA LINDURAS, HE AQUÍ EL TERCER CAPITULO, VOTEN Y COMENTEN SI LES GUSTÓ,  AGRADEZCO DE TODO CORAZÓN A LOS QUE LEEN ESTA HISTORIA, LAS ADORO, BESITOS DESDE COLOMBIA  :*   :*   :*  :*

La esposa del vampiro (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora