Jueves 16 de febrero de 1978
Estoy furioso, desesperado, enojado, frenético. Me Ilevan los mil
demonios. Cómo pudo pasar lo que pasó? iTengo tantas ganas de salir corriendo y Ilorar y gritar y reclamarle a Dios! Yo estaba enamorado. Creia en el amor... Consideraba que era posible ver a una mujer con ojos limpios.
Hoy ya no sé que pensar.
Cierro los ojos y veo en la mente, mujeres desnudas. También veo a la chava de nuevo ingreso y a la pecosa. Me imagino que se quitan la ropa y se acercan a mi.
Tengo la cabeza Ilena de imágenes asquerosas. No puedo borrarlas. Trato de pensar en otra cosa y me persiguen como un enjambre de abejas enojadas. Y lo peor de todo es que me gusta dejarme atrapar. Las picaduras son venenosas, pero placenteras. Me agrada recordar lo que pasó y después de un rato me siento vil y sucio.
Todo ha cambiado en mi interior. Estoy muy confundido e incluso asustado porque descubri que las cosas no son como creia. En mi mente se revuelve la porqueria con la bondad, la suciedad con la pureza. Tengo ganas de gritar, Ilorar, salir corriendo y pregúntale a Dios... ¿Por qué permite que el mundo se caiga a pedazos?
José Carlos dejo de escribir y se puso de pie, ofuscado, desorientado. Cuando cálculo que todos en la casa se habían dormido, salió de su cuarto y fue al pasillo de los libros.