Cap.1

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- Estaba en el aula de Dibujo artístico, terminando un retrato que nos mando el profesor, cuando comencé a sentirme mal, así que fui en busca del profesor, llamo a mis padres y ya lo próximo que recuerdo es estar aquí. ¿Por que estoy en el hospital?

- Te desplomaste y tus padres te han traído. ¿Te ha pasado mas veces estar así?

- Sentirme mal, de este modo si, pero normalmente me ha pillado en casa y no perdí el conocimiento al menos que yo recuerde.

- Estamos esperando las pruebas que te hemos echó, en un rato paso. *Dijo el Doctor antes de salir se la habitación*

Saliendo el doctor canoso, entró un aprendiz o algo así, era bien joven, casi como yo, o al menos perecía de mi edad.

- Hola, buenas tardes. *Me saludo sonriendo* ¿Que tal estas?

- Pues bien, al menos ahora. ¿Tú eres?

- Tú peor pesadilla. *Se echo a reír*

Ese enfermero iba de graciosillo, no se por que tanto preguntar, debería estar en sus tareas.

- No sé de que te ries tanto. Ponte hacer camas o lo que tengas que hacer en la habitación y dejame.

- Eres una borde. No hago camas, sólo vine a ver quién estaba en la planta que yo llevo junto al doctor que te atendió.

- Me vas ha decir que un niñato esta llevando esta planta junto al doctor Velazquez.

- Si tu lo dices, pero no deberías juzgar antes de conocer, quizás la niñata seas tú.

Dijo eso, se dio la vuelta y salió de la habitación, cerró la puerta con suavidad, me esperé un portazo, pero no se por que no lo dio. Su cara reflejaba enfado. Quizás me pase un pelin, pero el también me insulto, aun que el lo hizo después que yo, pero es el quien esta trabajando. ¡Dios! Creó que ambos con lo de niñato nos pasamos, pero bueno que más da.

Llamaron a la puerta y entro nuevamente el doctor Velazquez, junto a mis padres y el que es mi supuesta pesadilla. ¿Como se llamaría?

- Sentaros tengo algo que deciros. *Dijo el doctor Velazquez*

Mis padres tomaron asiento, y el doctor estaba de píe junto a ellos, y el doctorcito al lado de él, leyendo un informé.

- Dignos que tiene nuestra pequeña. *Oír a mi padre decir esas palabras hizo que me subiera los colores*

- Sahyka, su hija, tiene cáncer en la médula ósea, lo siento pero no se puede hacer nada.

- ¿Que es lo que dijo? *Pregunté con el corazón casi saliéndose por la boca*

- Tienes un cáncer que se forma en las células madre formadoras de sangre de la médula ósea, tejido blanco esponjoso ubicado en el centro de la mayoría de los huesos. Entre los cánceres de la médula ósea se incluyen las leucemias y el mieloma múltiple. Es muy complicado el tratar. *Prosiguió el doctor Velazquez*

- Pero no imposible. *Lo interrumpió el doctorcito*

- Becquer, no hay nada que hacer, si quieres es toda tuya la paciente, pero perderas el tiempo.

- Como puedes decir eso, ni lo intentastes aún. *Le echó en cara*

- Esta sentenciado al fracaso, da igual lo que hagas, éste problema no le acaba de salir hoy, es imposible. Yo me retiró, lo que queráis al doctor Becquer. *Dicho esto salió de la habitación sin decir una palabra más*

- ¿Como puede desahuciar a mi hija? *Mi madre dijo levantándose de su asiento, llorando*

- El doctor Velazquez, no quiere fracasos en su historial. Déjeme que yo la trate, creó que puedo ayudarla.

- Eres joven, ¿Como vas a ayudarla? *Mi padre soltó levantándose y abrazando a mi madre por la espalda*

- Por que esta es mi vocación, por que no estoy aquí para pasar el rato, sino para curar. No es justo que con *Hizo un silenció y miró el informé* 20 años la den por imposible, y le dijan que va a morir, no me parecé ético lo que ha echó Velazquez.

- Tienes mi permiso. *Dijo mi madre sin preguntarme*

- Él mío también, espero que mi hija deje que la ayudes.

- Ni en sueños. ¿Que tienes dos años más que yo? Ni loca me va ha estar haciendo pruebas sin parar, no soy su juguete. *Dije cruzándome de brazos enojada*

- Tengo 25 años, así que te sacó mas de lo que pensabas, y no te voy a usar, no voy a experimenta contigo. Dejame ayudarte.

- ¿Para que prolongar la agonía?

- Sahyka, no voy hacer eso, yo quiero curarte, no darte mas tiempo de vida.

- Ha dicho que es imposible.

- Lo único imposible es lo que no se intenta.

Mis padres no abrían la boca y a mí me estaba tocando las narices este tal Becquer. ¿Que he echó yo para merecerme esto?. Suspire, miré a mis padres suplicando con la mirada que dejara que lo intentará, así que sin ganas asentí.

- Antes de nada, explicame que tengo. *Dije con un nudo en la garganta*

- Te lo explicaré, pero *Miró su reloj* ya es mi hora de ir a comer, así que por que no te vienes a la cafetería del hospital a comer conmigo y te lo explicó.

- Vale, Becquer. *Mire a mis padres* Podéis iros, yo no me moveré y se que tenéis mucho trabajo.

- Vale, llamanos y venimos a recogerte. *Dijo mi padre, el cual aún abrazaba a mi madre*

Se despidieron de mí y yo comencé a ponerme los botines. La mirada del jodido Becquer estaba fijada en mí.

- ¿Que tengo? *Dije de mala gana*

- Nada, solo que eres muy rara atandote el cordón, estas haciéndolo de una manera extraña, perdón por quedarme embobado con tal cosa. Ponte en pié y vamos, que yo tengo que volver al trabajo.

- Vale, disculpa señor ocupadito.

- Un día de estos colmarás mi paciencia y te llevarás una colleja.

- Ni en sueños.

Vi como se sonreía por mi comentario y eso me enfado mucho, demasiado.

- ¿Vas a dejar de reirte de mí?

- No me río de ti, si no de lo que dices, te enfureces rápido, eso me causa gracia.

- Te voy a mandar a chuparla.

- Hablá bien, soy tu doctor. * Me miró sonriendo y guiño un ojo*

¿Por que hizo eso? ¿Le abría entrado un tic? ¿Sera un violador en serie?. Sacudí mi cabeza por tales pensamientos.

Pon Un Doctor En Tu Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora