Pon Un Doctor En Tu Vida.

Cap. 6

Estaba tomando mí mojito, cuando vi a ¡No podía ser! ¿Sergio?

- ¿Que te ocurre? *Me pregunto Diego*

- Nada. ¿Por que? *Respondí nerviosa*

- Por que has visto al chico que esta con esa rubia y te has puesto blanca.

- Sólo es mi médico.

- Yo que pensé que te gustaba, que habias superado lo que paso con Alejandro.

- Esta superado, muy superado. *Aclaré*

- ¿Seguro?

- Y tanto, ahora voy a bailar con Saray.

- Espera, yo también voy, que ya hay mucho baboso mirándola.

Eso me hizo estallar a carcajadas limpias.

Sergio:

- ¿Entonces no tienes novia seguro?

- No, no tengo Samantha.

- Entonces termina la copa, y te vienés a mi casa, hoy la tengo para mí.

- Esta bien. *Me tomé de un trajo mi cubata que estaba por la mitad*

Me levanté y me dispuse a caminar hacía la salida, pero cuando iba por la mitad de mi objetivo, vi a Sahyka bailando con un hermoso vestido rojo, ceñido al cuerpo, unos tacones negros de vertigo. Me dejó hipnotizado, hasta que un chico empezó la agrarro por detrás. Solté la mano de mí lige y corrí hacía mi paciente, aparté al tipo de ella, sin pensar si ella estaba o no de acuerdo con él tipo.

- ¿Tu quién eres? *Soltó el tipo*

- Su novio. *Respondí* Largate.

El chico se alegó a por otra presa y a mi me comenzó a arder la mejilla de tan tremenda guantada.

- ¿Y no tenias novia? *Me dijo sin perder la compostura* Que sepas que tu novio se iba a venir a mi casa y no es para jugar a los muñequitos. *Se dirigió a Sahyka*

Sahyka:

- Ahora hablo con él. *Dije llena de rabia*

Estaba rabiosa, se iba a ir con ella a su casa. Lo peor no se por que estaba tan celosa, tan furiosa, si me cae mal. ¿O eso creó? ¿Me caía mal? ¿O quería que me callera mal? Y ahora que estaba pensando en todo esto, ¿Por que dijo que era mi novio? ¿Le gustaba?

No sé cuando sali de la discoteca, solo se que caminaba a tirones de Sergio.

- ¿Donde vamos?

- Sahyka lo siento, no pensé. Actúe por impulsó. No preguntes por que lo hice o lo dije por que no tengo respuesta.

- Te daría otra ostia, pero creó que esa debe dolerte aún.

- Sí, esa tía tiene latigos en vez de manos.

- Me apartas al chico, pero tu te ibas a tirar a esa chica, la cual llevas como *Miré el reloj* dos horas en la barra.

- ¿Me vistes? *Dijo extrañado*

- Sí, y quise matarte. *Unas lágrimas salieron de mis ojos sin permiso alguno*