Cap. 4

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Era realmente hermosa, sus ojos marrones, su cabello castaño, su mirada trasmitía todo lo que sentía tan claramente.

- Realmente estas fortote. *Comentó apretando uno de mis brazos, comentario que me sonrojó*

- Los pinchazos te hacen decir tonterias ¿Verdad? *Le dije bromeando*

- Me caes algo mal, pero admito que estas fuerte, y que pinchas bien, pero aun así no quiero que me pinches.

- Aun así, pidiendomelo de ese modo, no puedo hacer nada. Hay que pinchar pero será sólo un poco, evitaré todos los pinchazos que se puedan. ¿Vale?

- Vale. *Respondió pesadamente*

- Te vendrán a recoger ahora para lo otro, yo voy a atender a otros pacientes. ¿Puedo verdad?

- Sí, claro. ¿No habrá pinchazos?

- No, no habrá nada de eso. Voy a ver al paciente, que es como tú de cabezón y no quiere tomar la medicina.

- ¿Es un hombre mayor?

- Es un niño de 14 años, que esta mosqueado por que lo han operado de la rodilla y no puede jugar al fútbol, y no quiere los calmantes, luego se quejará de que le duele.

- ¿Que haces para que se la tomé?

- Pues habló con él, me pregunta cuando podra volver y le dijo que eso depende de como él se cuidé. Si hace lo que le digo pronto.

- ¿Le mientes? Eso no esta bien.

- No le miento, es la verdad. Ya le he dicho que puede volver a jugar, pero nada de esforzarse, al mínimo dolor al banquillo o no podrá jugar más.

- Pues ve a verlo y que se tome todo. Hasta luego.

- ¿Ya no soy capullo?

- Sí lo eres, pero te lo había omitido por una vez.

- Muy generosa.

Dicho esto salí a ver al pequeño futbolista.

Sahyka:

- Al fin te dignas en aparecer. *Le dije nada más asomó la cabeza por el umbral*

- Eres la paciente mas insoportable del mundo.

- Y tu el doctor más imbécil, capullo, tonto laba del universo. *Cruce mis brazos en seña de enojo*

Me cabreaba el maldito, pero fuertote, doctor de 25 años, de ojos color miel, cabello castaño claro, y por que negarlo, era bien guapo. Pero algo de él, me cabreaba a mas no poder.

- Esté doctor, te va a dejar sola de nuevo por ser una borde. Ya me tienes hasta la punta..... *Se calló de repente sin terminar la frase* Me voy. *Soltó de pronto y salió de la habitación*

Me levanté y eché a correr tras él, con el horrible pijama de hospital.

- ¿Donde vas? *Le dije agarrándolo del brazo*

- A mí casa, ya llamé a tus padres para decirle que te quedas ingresada. Eso si, deberías llamarlos para decirles que me has echado y que esta noche duermes sola.

- ¿Ibas a quedarte conmigo toda la noche? ¿Por que?

- Por que creó que tus padres estan ocupados, y yo no tengo gran cosa que hacer. A parte quizás y solo quizás podría haber sido una noche entretenida. Pero ya paso, quedate sola, o llama a tus padres.

Pon Un Doctor En Tu Vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora