Pon Un Doctor En Tu Vida.

Cap. 10

- ¿Por que no te tranquilizas? Sólo me enseñaste el dibujo.

- Tienes, razón. Pero, no quiero que hagan preguntas si me gustas o si paso algo antres nosotros. *Suspiro* Yo quiero decirle que eres mí novio.

- Novio suena raro. *Me rasque la nuca con nerviosismo*

- Sergio, me gusta como te queda la barba. Nunca pense que me gustaría alguien que llevara barba.

- A penas se me nota. Y si te sirve, yo nunca pense que rechazaría a una chica por ti.

- ¿De verdad? *Dijo asombrada*

- Sí, de verdad. Me pase toda la tarde esperando a verte para decírtelo.

- ¿Por que no me llamastes?

- Por que estabas dibujando. *Miré de nuevo el retrato* Cuando te pongan la nota ¿me lo regalas?

- Claro.

- Como se titula ¿Mi sexy doctor?

- No, esta obra se titula «Pon un doctor en tu vida».

- Siempre estara este doctor en tu vida, gatita.

- Al final te araño como gata.

- ¿Que hacemos con tus padres, gatita salvaje?

- Como creó que no saltarás por la ventana, por que no eres un gato, solo el veterinario. Bajemos, y le digo que veniste a ver mis dibujos.

- Solo vi uno.

- Ese dibujo no lo verán mis padres, si lo ven quizás se den cuanta de lo de anoche.

- Mi gatita salvaje eres una nenita pequeña cuando quieres.

- ¿Y cuando no quiero que soy?

- Una mujer fogosa.

- Ya no soy gata, ahora soy mujer.

- Eso de gata solo te lo dijo yo. *Le di una nalgada*

- ¿Me maltratas? *Dijo bromeando, y tocándose la cacha del culo donde le di*

- No, solo te despierto, para que andamos ha bajo por el bien de todos.

- No te comprendí.

- Si no bajamos ahora me esconderé hasta que tus padres vayan a dormir y te haré que nuevamente hinques tus uñas en mi espalda.

- Yo no hice tal cosa.

Le di la espalda y me levante el chalecho.

Sahyka:

Tremendos arañazos. ¿De verás hize yo eso?. Me acerqué y acaricié su espalda con delicadeza. Y en ese momento mis padres  hicieron acto de presencia en mi habitación.

- ¿Que hace el doctor Becquer en tú habitación con la camiseta levantada? *Dijo mi padre*

- Papá, yo. Haber como lo explico.

- Hija, como tu madre que soy, te exigo la verdad, nada de mentiras.

- Sergio, dicelo tú. *Le baje el chaleco*

Me puse a abrazarlo tan fuerte que el me a flojo mis brazos antes de empezar ha soltar prenda.

- Ayer me encontré a su hija, y como ambos tomamos le dije que podía pasar la noche en mi casa. *Me miró y volvió la vista a mis padres* Ella durmio en la cama, yo en el sofá. *Empezó a mentirle a mis padres* Al despertar me dijo que me enseñaria lo que le dije en el hospital, yo quería ver que tan bien dibuja, y por eso vine, luego me abrazo, y la a parte, le enseñe un rasguño que me hice al caer mientras montaba en mono patín. Lo siento mucho.