Capítulo 30

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Narra Rubén

Llegué a casa y me encontré con una Raspberry hambrienta, le di de comer y me acosté, luego escuché un ruido, Raspy se recostó junto a mí, claramente oía una voz en mi cabeza que decía: "basta de seguir llorando, acaba con tu sufrimiento, el sufre al verte, ¿no te das cuenta? Él ya te cambió, tendrá un hijo, debes reaccionar, debes terminar con esto".

No quería, pero debía hacerlo, tenía razón debía dejar de darme falsas esperanzas y seguir con mi destino, seguir... Con mi vida.

Miré a Raspy, últimamente me a mirado mucho, creo que se le ha vuelto una costumbre, creo que ya está preocupada. Quizá son solo alucinaciones mías.


Si él es feliz, yo también- Rubelangel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora