Capítulo 35

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Narra Mangel

Rubén estaba agonizando en mis brazos y no podía hacer nada, me sentía tan impotente.
Llegó la ambulancia y se llevaron a Rubén.

-Familiares del paciente Rubén Doblas.

No esperé más, dije que era su primo y me dijeron la noticia que esperaba, pero la cual no quería aceptar.

-Lamento informarle que su primo ha muerto. Fue una sobredosis de pastillas para dormir, él se suicidó.

No quería aceptarlo, no podía aceptarlo, recibí una llamada de Beatríz, quería que nos viéramos fuera del hospital, le avisaron que yo estaba aquí.

-Miguel, necesito decirte algo.

-Sabes que no tengo fuerza para nada más, ¿está bien?

-Miguel, es muy complicado decirte esto, yo sé que amabas a Rubén, se notaba a kilómetros. Se sentía en el aire su amor, yo pensé que me engañabas con él. Siempre lo pensé, me desquitaba acostándome con otros hombres, Miguel, el hijo que yo espero...- hizo una larga pausa- Sí es tuyo, ya lo comprobé, pero tu no me amas, no podemos seguir en un ambiente de hipocresía con el niño. Yo no te amo, nunca te amé y lo mejor es ir cada quien por su lado. Me iré a vivir con un hombre al que amo, para mi hijo él será su padre así que no te preocupes en buscarlo, él no te estará esperando. Yo tampoco. Perdón por decírtelo justo en este momento pero no hallaba la mejor forma ni el mejor lugar nunca. La verdad yo amaba desde el principio a ese hombre pero el no podía tener hijos y tuvimos una gran idea yo quedaría embarazada de ti y así nosotros vivir en una feliz familia. Lamento excluirte, pero este es el adiós.

No pude seguir con estas noticias. Me acabaron por completo.


Los sueños están hechos de esto, no soy nadie para cambiar el destino, algunos quieren utilizarte, como Beatríz me utilizó, y otros quieren que los utilices, Rubén quería que utilizara sus sentimientos.

No lo sabía.

Pero en este momento no sentía nada, el había muerto.

Pero no lo podía afrontar.
Era irreal, quería despertar de este horrible sueño.

Si él es feliz, yo también- Rubelangel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora