Capítulo 41

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Narra Rubén

Desperté en un playa, y un impulso hizo que mi cuerpo empezara a correr, no podía detenerme, pasó un largo, largo tiempo, parecieron años.
Cuando por fin pude dejar de correr, sentí que alguien me miraba, volteé y ahí estaba, Miguel.

-Nunca dejé de pensar en ti.- susurré, miré hacia el cielo y pude ver la forma en la que la gravedad inexistente tiraba de los dos.

-Tardaste mucho en llegar.- Le dije.- Miguel, no te sientas defraudado, aunque parezca que los problemas te callaron encima.
Te sigo amando, a pesar de todo.

Si él es feliz, yo también- Rubelangel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora