01-10 -➽[ONE]

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Choi Yeon-jun siempre prefirió trabajar con arma blanca. Experimentaba el orgullo del artesano, el amor por la labor bien hecha, la satisfacción de ver que la víctima cobraba plena conciencia de lo que le está sucediendo. Si el profesional demuestra habilidad suficiente, el arma blanca vacía el cuerpo de su savia con la lentitud requerida y, por expresarlo de algún modo, proporciona una alfombra roja a la muerte, que sólo ha de avanzar por ella con toda calma. En varias ocasiones, no obstante, Choi se había visto obligado a utilizar sistemas más sofisticados.

Había aceptado ganarse la vida dando la muerte y experimentaba un verdadero placer en esta actividad.

Sin embargo, un 18 de agosto de 1945 fue recluido en prisión preventiva, juzgado en el tribunal de lo criminal de Pionyang cinco años después, el 26 de enero de 1950. Habida cuenta de la gravedad de los hechos, Choi fue condenado a una pena en consecuencia: treinta años de reclusión. Escapó a la guillotina, así como a la cadera perpetua, gracias al talento de su abogado, que supo sembrar la duda en la conciencia del jurado.

Abrió los ojos muy de pronto, como todas las mañanas, con el pecho oprimido por la angustia que le embargaba siempre al despertar. Como de costumbre, tomó un café en un bar situado a la entraba de una avenida de Pionyang.

Hasta última hora de la tarde caminó sin rumbo fijo por las calles, obedeciendo únicamente el capricho de sus pasos. Hasta que se topó con las puertas de la gran entrada del cementerio, las cuales se encontraban abiertas. Compró un pequeño ramo de tulipanes en uno de los floristas que había por allí cerca y se adentró por las alamedas de la primera división.

A Choi le costaba aún visitar la tumba de Soobin. La misma estaba muy bien cuidada, la superficie de la lápida bien limpia, sus inmediaciones sin los hierbajos que invadían las de los alrededores, menos visitadas.

Yeon-jun se agachó y depositó el ramo de tulipanes con gesto lento. Luego se irguió y permaneció inmóvil algunos minutos, con el rostro inexpresivo, los ojos secos, los brazos cruzados, antes de dar media vuelta algo bruscamente y dirigirse hacia la salida, con un único pensamiento en mente. Venganza.

Todo lo que quedaría de él sería una parte de un montón de hojas amarillentas, ese miserable rastro infame que, por desgracia, había dejado en la memoria de sus contemporáneos.



— ¿Qué ocurrió entonces? — le preguntó Hueningkai a su muy buen amigo Kim Seok-jin, aludiendo al momento en el que acabó con la vida de su amante.

— Le dije: "Voy a darte la absolución" Y añadí "¿Me perdonas?" Él murmuró: "Sí, te perdono. Pero no quiero tu absolución" Luego se alejó algunos pasos, volviéndome la espalda. Cuando disparé, me hallaba a un metro de él. Cayó boca arriba, con los brazos en cruz.

Kai negó divertido —. ¿Entonces lo bautizaste y después le apuñalaste por la espalda, antes de acuchillarle el rostro para desfigurarlo, puesto que temías que se le pareciera?

— Sí...

— Que lindo fin de relación tuvieron— concluyó Kai, mientras encendía un puro y llamaba al mozo para pedirle un coñac que le sirvió enseguida—. Como ves, todavía sigo con algunos vicios.

Jin sonrió ladinamente — ¿Y bien? ¿De qué querías hablarme? Porque no creo que me hayas citado tan lejos de la ciudad para hablar sobre la muerte de mi ex amante.

— Pues... necesitamos de tus servicios — respondió Kai, repentinamente serio.

복수 revenge -➽ yeonhyun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora