08-10 -➽[EIGHT]

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Yeon-jun reanudó el contacto con su equipo. Durante su ausencia, Jung Ho-seok y su hijo, Beom-gyu no habían cambiado ninguna de sus costumbres.

El mandatario, mas que nunca, pasaba la mayor parte del tiempo paseándose por Montmartre, mientras que su hijo hacía la calle concienzudamente de Saint-Denks, encadenando cita tras cita.

Uno de sus hombres entregó un informe tan detallado como monótono de sus respectivas idas y venidas.

Otro de ellos, propuso a Yeon entrar en el establecimiento para poner unos micrófonos en la habitación, pero éste declinó la propuesta. No servía de nada seguir grabando palabras incomprensibles.  El problema estaba fuera.

— Servicios mínimos— decretó Choi—. No los perdamos de vista, pero tampoco nos pasemos.

Durante la reunión de todo el equipo, Jin decidió declinar, ya que prefería montar guardia frente al hotel donde Ho-seok hacía la siesta, se esforzó en aparentar la frialdad y determinación que ponía manifiesto ante sus adjuntos desde el comienzo de la operación, temeroso de que advirtieran hasta qué punto la situación había cambiado.

Aún los necesitaba pero, tras las últimas revelaciones de Kai y sus hombres, sabía que a partir del momento del cara a cara decisivo con el mandatario, la barca debía llevarla él, solitario. No quería, de ningún modo, cargar con comparsas que, aunque disciplinados, tal vez quisieran saber más, mucho más.

Al día siguiente por la noche el mandatario entró un uno de sus coches y se dirigió al casino de Enghien. Dos de sus hombres lo vieron instalarse ante una mesa de ruleta y comenzar a apostar fuerte. En menos de cincuenta minutos, lo había perdido todo. A la noche siguiente volvió a intentarlo, al cabo de un rato todos sus recaudos desaparecieron en las ágiles manos del crupier, lo que no pareció contrariarlo.

Jin informaba en tiempo real de todo ello, comprendió de inmediato que para el mandatario las pequeñas vacaciones habían terminado.

Él mismo abandonó el casino a las dos de la mañana. Prosiguió su camino a pie, con dos guardaespaldas seguiendole a sus espaldas discretamente.

Al alba, después de un largo periplo amenizado por algunos cafés en varios bares, estaba de regreso a su lujoso hotel.

Al comienzo de la tarde, dos de sus hombres los vieron subir en una camioneta oscura. Jin permanecía a la escucha. Sus hombres le informaron del itinerario tomado por el padre e hijo. El auto los dejó en Nogent, en la entrada de una imponente casa con un jardín que lindaba con la orilla del Marbe.

Jin no pudo reprimir un grito de alegría. La esperanza que alimentaba de echar el guante se veía confirmada.

— Hazlo — le ordenó Yeon-jun al instante en el que le actualizó la operación—. Quiero que corra sangre. Mucha. Ocúpate únicamente de Jung Ho-seok, del otro, de su hijo, deja que me encargue personalmente— dijo repentinamente serio, para luego colgarle con rapidez.

복수 revenge -➽ yeonhyun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora