En este momento estábamos en la cafetería de la escuela.
Daniel estaba hablando con Adrián sobre quien es más alto. Gabriela, la novia de mi mejor amigo también estaba sumida en su aburrida conversación.—...Adriana tú que piensas, ¿Quién es más alto? ¿Adrián o yo?—me preguntó Daniel al mismo tiempo que hacia señas para que diga que él.
—Tú.—le respondí sin darle importancia al asunto y seguí mordiendo el tenedor de plástico que tenía entre mis dientes mientras miraba embelesada en dirección a la mesa donde siempre se sentaba Fabián. Él solo se sentaba con Kenneth, su mejor amigo y aveces con otros chicos a los que les desconozco el nombre.
—En vez de verlo como estúpida deberías ir y hablar con él de una buena vez.—Pegué un brinco en mi lugar al escuchar la voz de Gabbe en mi oido.
Deje de ver a Fabián para voltear a verla—¿Que dices?—la miré indiganda y puse en tenedor al lado de mi plato—¡Yo si le hablo, es él que me ignora! Siempre que me acerco se va, cuando le hablo me ignora. Y yo enserio ya no se que hacer.—tomé mi rostro entre mis manos frustrada.
Ella me miro con pena y en cambio Adrián sonrió y dijo:—Mejor, olvidate de los chicos y vive tu vida junto a tu bella familia.—mi mellizo terminó de hablar y me guiñó un ojo.
Rodé los ojos y respondí con mejor humor que antes.
—Nunca pasará Adrián.—él hizo un muy adorable puchero al escuchar mi respuesta haciendo que algunos mechones de su cabello rojizo cayeran en su frente, tenía que cortarlo.
—Algun día lo aceptaras.—susurró para si mismo después de quitarse el cabello de la frente y yo bufé.
Tomé de nuevo el tenedor de plastico y seguí con mi tarea de morderlo esperando que ellos siguieran con su tonta conversación.
Y así hicieron, por mi lado yo seguí viendo como tonta enamorada a Fabián.
Unos minutos después Gabbe tomó mi brazo izquierdo y me comenzó a zarandear con fuerza mientras gritaba tan emocionada que no le pude entender nada.
Todos la miramos extrañados, bueno ellos. Yo la mire asustada, ya quedó loca.
—¡¿Qué pasa!?—chillé tratando de zafarme de su agarre en mi brazo. Y fallé. Vaya, esta chica tiene fuerza.
—¡Tengo una idea!—exclamó ella emocionada.
Le lancé una mirada de muerte y ella me soltó el brazo susurrando un pequeño "Ups" para luego sentarse bien.
—Quiero decir que, tengo una idea para que Fabián te deje de ignorar. Tienes que preguntarle a Daniel lo que le gusta y...—le tape la boca con mi mano ya que estaba hablando como loca.
Ella se calló y yo me aleje poco a poco para que no vuelva a hablar.
—¿Crees que no lo intente ya? Daniel y Fabián no son tan cercanos. Él único que conoce de verdad a Fabián es Kenneth su mejor amigo, y lo se porque ¡Vamos! Lo conozco mejor que a mi misma—termine de hablar y solté una sonrisa resignada.
A todo eso los chicos nos habían dejado de prestaban atención.
—¡Tienes que hablar con él!—grito mientras hacia un baile raro aún sentada en su silla.
—Ya te dije que Fabián...—me tapó la boca con su mano como yo había hecho anteriormente con ella.
La deje hablar.
—No hablo de él,—se ríe como si la idea fuera estúpida—Quieres hablarle, y para eso necesitas a alguien que lo conozca bien.
La miré confundida.
—Hablo de Kenneth, Adriana.
Gracias a Dios los demás en la mesa no escucharon lo que dijo, pero yo si lo hice.
No puede estar hablando en serio.
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¡Hablame Fabián!
Krótkie OpowiadaniaEnamorarte del hermano de tu mejor amigo tiene algunas ventajas, como el que lo puedes ver cada vez que vayas a casa de tu amigo, también que sabrás mucho de él sin la necesidad de acosarlo como una psicópata. Pero todo eso no sirve de nada cuando é...