Me encontraba en mi habitación estudiando para los exámenes finales con Daniel, él estaba tratando de explicarme un ejercicio de álgebra y lo único que yo hacia era pensar en mi próximo movimiento para que Fabián me hablara.
—...Después multiplicas esto por diez y ¡Listo! ¿Entendiste Adriana?—enfoqué mi vista en él y le regale una pequeña sonrisa cuando lo vi con el ceño fruncido.
Aquí vamos...pensé. Daniel me recordaba siempre que podía lo malo que era Fabián para mi.
—Estabas pensando en él de nuevo, ¿verdad?—tomo su cara entre sus manos en señal de frustración—Sabes que Fabián no vale la pena, Adriana. Lo sabes mejor que nadie y aún sigues detrás de él...—me miro frustrado.
—Tu lo dices porque tienes una relación estable con Gabbe. No sabes lo que se siente que la persona que te gusta pase se ti. —me defendí.
—Conozco a mi hermano y...—comenzó a hablar pero no lo dejé terminar.
—No. No lo conoces bien. Daniel...eres mi mejor amigo y lo único que quiero es que me apoyes en esto, tengo una buena idea y creo que esta vez si funcionará. —aseguré y el negó con una sonrisa triste en su rostro.
—Siempre te he apoyado, pero ya no puedo soportar ver como te lástimas gracias a él, sólo quiero que seas feliz...Adriana, ya han pasado tres años, ¿No crees que ya es tiempo de superarlo?—me preguntó con esperanza en sus ojos.
—No pienso rendirme aún.—dije segura.
Daniel soltó el bolígrafo que tenia en su mano y cerró su libro de álgebra frustrado mientras soltaba un gruñido.
—¿Qué es lo que piensas hacer?—preguntó resignado y Sonreí.
Sabia que Daniel nunca me defraudaría.
[...]
—¡Me vas a decir que hace este engendro en mi casa ahora mismo!—gritó y luego me miro decepcionado—¡No te criamos asi Adriana! ¿Desde cuando traes chicos a casa? Dile que se vaya, estas castigada jovencita.
Reí al ver a Samuel tan exaltado, era muy gracioso ver como sus mejillas rojas por el enojo hacian contraste con su cabello rojo. Me pregunto si me vere igual cuando me enojo. Uh...¡Enfocate Adriana!
Gracias a Dios, Lucas estaba trabajando en este momento y Adrian en las practicas de fútbol. Si no fuera así...Auch.
Negué divertida por la situación.
—Dale Samuel, deja pasar a Kenneth...—dije tratando de acercarme a la puerta pero él se puso en mi camino cruzado de brazos.
Se suponía que Gabbe, Daniel, Kenneth y yo ibamos a planear nuestro gran plan para que Fabián me hable de una buena vez en mi habitación....pero cuando él llegó, Sam abrió la puerta y cuando vio quien era se la cerró en la cara haciendo que nosotros bajemos, lo que nos lleva a este momento.
—No permitiré que ese entre a tu habitación, ¡Es un chico!—dijo firme mi hermano menor y Gabbe soltó una carcajada al verlo así haciendo que Sam le diera una mala mirada.
—Daniel también es un chico y pasa metido en mi habitación.—repliqué y mi amigo levanto su mano para que le prestáramos atención.
—Pero yo...soy un chico con novia.—dijo haciendo enfasis en la palabra "novia" y luego tomo a Gabbe de la cintura y le dio un beso al que ella respondió con mucho gusto.
Ay, ya se van a poner melosos.
—¡No me ayudas Daniel! ¿De que lado estas?—exclamé ya cuando se separaron.
Él se encogió de hombros aún con Gabbe entre sus brazos.
—Del lado en el que Kenneth no este incluido, eso esta claro. El tipo no me cae bien.
—A mi tampoco me cae bien, se ve a kilómetros que es muy estúpido...—lo secundó Sam. Yo solo tenia ganas de golpear mi cabeza contra la pared, esto era un poco cansador.
—¡Los escuche!—todos nos sobresaltamos por el grito de Kenneth que estaba detrás de la puerta.
Daniel y Sam pusieron los ojos en blanco.
Gabbe se separó un poco de Daniel y respondió.
—¡No te preocupes a mi me caes bien!—Daniel la miro indignado aunque ella ignoró su mirada.
—¡Gracias Gabriela!—le gritó de regreso Kenneth.
Enfoqué mi mirada en Sam que seguia cruzado de brazos en la puerta. Esto me estaba cansando, aún tenia que seguir estudiando con Daniel y no tenia tiempo que perder.
—¿Y si nos quedamos en la sala?—me dirigí a Sam—¿Eso estaría bien?—le pregunte y él me miró pensativo.
—No se, Adriana...
Estaba a unos segundos se suplicarle de rodillas, intenté una vez más.
—Dale, si quieres te puedes quedar.
Él dudo un momento pero termino asintiendo,—Dale.
Él se descruzó de brazos y cuando hizo ademán de abrir la puerta, lo detuve. Me miro confundido.
—Pero...promete que no lo insultaras ni le harás alguna broma pesada,—antes de que dijera algo me dirigí a Daniel—Eso tambien va para ti.
Los dos bufaron al unisono:—Aburrida.
—Prometanlo...
—¡Si, prometanlo!—gritó Kenneth y a duras penas los dos asintieron.
—Va, pero no es mi culpa si él se lo busca...—suspire resignada al escuchar a Samuel, él nunca cambiaría.
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¡Hablame Fabián!
Storie breviEnamorarte del hermano de tu mejor amigo tiene algunas ventajas, como el que lo puedes ver cada vez que vayas a casa de tu amigo, también que sabrás mucho de él sin la necesidad de acosarlo como una psicópata. Pero todo eso no sirve de nada cuando é...