Historias que no viste en Enamorada de un celoso y hermoso pervertido

Ruiko

Llegamos al examen de admisión de la preparatoria y la verdad estaba nervioso. Pero me había preparado para pasarlo y ese era mi objetivo a cumplir.

-¿Listo?- le pregunté a Kentaro.

-Si.- sonrió mientras entrábamos.
Nos sentamos uno a lado de otro y los asientos comenzaron a llenarse.

-Oye, si pasamos el examen, ¿Será que estemos en el mismo salón?

-Ojalá y sí. Qué mala onda que Mildre no quiera entrar en esta escuela.- dijo Kentaro.

-Ni modo. Ella soñaba con que estuviera en esa que quiere...- una chica a lo lejos hizo algo que captó mi atención.-Pobrecita, su refresco...- varios se rieron, incluso Kentaro.

-Qué manera de manifestar su suerte.- dijo entretenido y yo me paré.
Avancé hasta ella pero una chica se acercó a ayudarla primero.

-¡Izumi! Está bien que seas nerviosa pero no exageres.- dijo entre risas mientras yo recalcaba su nombre mentalmente.

-Ya ni me digas.- le dijo con una voz que me gustó. Sonreí y su amiga me volteó a ver. No dejé de sonreír y me fijé en Izumi.

Me fui a mi asiento sin saber por qué sonreía y fijé mi vista de nuevo en esa chica.

-¿Y bien?- dijo Kentaro con tono bromista.

-Te juro que amo a Mildre. Pero esa chica se me hizo linda.

-¿La del refresco?- dijo incrédulo y la observó.- Pues es linda...Si, creo que uno se enamoraría de ella con facilidad.- no supe por qué dijo eso pero me distraje al ver que llegaban varios docentes.

Terminamos el examen y ya iba a pararme, pero Izumi pasó por mi asiento. Sonreí y me sonrojé cuando vi que se paraba en frente de mí. Miraba mi examen.

-Tienes que poner primero tu apellido que tu nombre.- dijo con amabilidad.

-Oh...Gracias.- borré mi nombre y lo compuse.
Después la perdí de vista y entregué mi examen junto a Kentaro.
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Gracias a Dios habíamos entrado a la escuela, pero lamentablemente no quedé en el mismo salón que Kentaro.

Nervioso entré a mi salón asignado y me senté cerca de unos chicos que se divertían conversando. Incluso me incluyeron en su plática y supe que seríamos buenos amigos.

Un compañero llamado Drake contó un chiste y me causó tanta risa que hasta lloré, pero dejé de reírme cuando la puerta se abrió y entró ella.
Ni siquiera me miró, sólo buscó una silla en la cual sentarse y le señaló a su amiga que se sentarán juntas.

La observé y me alegré por estar con ella en la misma clase.

Los días pasaron y ahora nos llevábamos todo el grupo. Izumi ya era amiga mía pero siempre estaba distante. Bueno, nunca empezaba una conversación conmigo o con alguno de los chicos. De hecho, no siempre estaba con su amiga Yumu, pero tampoco era antisocial.

Al día siguiente sería el cumpleaños de Mildre, y Kentaro iba a acompañarme a comprar el pastel.
Salí primero y lo esperé a fuera de la escuela, hasta que por fin se asomó al portón. Pero me llevé una sorpresa un tanto amarga.

Vi con los ojos muy abiertos la manera en la que besó a esa chica. Fue él quien dio ese paso y la chica se sonrojó tanto que reía nerviosa.
Se despidió de él y luego alcanzó a su amiga Yumu.

-¿Por qué besaste a Izumi?- Le pregunté a mi amigo y sonrió apenado.

-Bueno, no te había dicho nada.- se rascó la cabeza y sonrío con cierta vergüenza.- Te lo iba a decir en estos días pero no sabia cómo. Apenas llevamos una semana de novios.