Albert

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Elizabeth quiere que presione a mi hijo para que viva con nosotros. Y tiene razón. ¿Qué hijo menor de edad vive lejos de alguno de sus padres? La respuesta es Ruiko.

Respeto la decisión de mi hijo, y es generoso de su parte, porque quiere darnos nuestro espacio, pero lo que nos dijo a Alice y a mí, nos hizo dejarlo hacer su vida. Y eso me duele porque siento como si lo hubiéramos abandonado.

Siento que está muy solo, y no quisiera que eso siguiera, ya que puede deprimirse o ser infeliz. Tal vez sea las dos cosas, y más ahora con lo de su mejor amigo. Esa traición tan espantosa hasta a mí me dolió. Me imagino que se ha de sentir mal con todo esto. Y yo no he sabido responderle como buen padre. El trabajo me consume y llego a mi casa solo a dormir por así decirlo.

Mi esposa Elizabeth a veces se enoja conmigo, pero es porque ella quisiera estar acompañada por su esposo. Pero entiende mi situación.
Sus hijas me quieren y es recíproco, pero Mildre me ha decepcionado con lo que le hizo a mi hijo.

Elizabeth la castigó en cuanto se enteró, pero ahora trae a un nuevo chico que es su supuesto novio y ya me ha dejado de reprochar.
Yo mismo he visto a Mildre hablando a horas indebidas de la noche con cinco chicos diferentes. Pero yo no tengo autoridad para llamarle la atención porque Elizabeth se enoja conmigo.

A veces pienso en Alice. A decir verdad, la extraño. Me encantaba pasar el tiempo con ella.
Yo podía llegar tarde del trabajo y me recibía con todo el amor del mundo.
Definitivamente era la mejor esposa y sé que lo sigue siendo. Pero las cosas cambiaron entre nosotros.

Hubo una temporada en la que discutíamos por todo. Yo incluso me fui de la casa dos veces, y arrepentido regresaba al día siguiente.
A veces ni nos veíamos porque ella tenía el turno de la noche en el hospital y como es enfermera tiene que estar siempre. Pero ninguna de esas dos cosas era la causa de nuestra separación.

Mi hijo se la pasaba en la oficina de algunos doctores esperando a su mamá, o a veces se quedaba en el comedor o sala de estar para el personal del hospital.
Mi trabajo puede decirse que es de tiempo completo. Gano bastante bien pero el precio que pago por tenerlo es no ver a mi familia, pero es una rutina que estoy acostumbrado a tener.

Alice encontró a un ejecutivo que la quiso y quiere mucho. Ahora están casados pero no tienen hijos, y eso es un alivio para mí. Aunque el hombre es divorciado, sus hijos ya están grandes y antes vivían con su madre. Por eso Alice se fue a vivir con él, y quiso llevarse a Ruiko; lo puso aprueba pero vio que en realidad era infeliz. En ese tiempo yo me quedé con mi hijo. Vivíamos solos pero casi no lo veía.

Me siento culpable porque lo hicimos madurar a la fuerza y no luchamos por ser mejores para él.
Con el tiempo yo salí con algunas mujeres, solteras porque buscaba a mi compañera de vida. Pero siempre buscaba a Alice en ellas. Cosa que no encontraba.
Cuando ya la veía con otro hombre, me arrepentía terriblemente por haberme divorciado de ella. A pesar de que seguimos siendo amigos.

Fue ahí cuando le compramos un departamento a Ruiko y lo veíamos de vez en cuando.
No sé por qué acabamos en ese arreglo pero a pesar de todo, parece disfrutar su privacidad.
No sé si es que es feliz o lo aparenta ser, pero se le nota comodidad. Y cuando le hablamos sobre la invitación para que viva con uno de nosotros, se pone mal.

Es un tema que ya no tocamos.
Pero cada que podemos lo vamos a ver.

Alice sigue siendo mi amiga. De hecho, nos dimos cuenta que nuestro matrimonio era realmente una amistad. Nos amábamos pero no nos dábamos nuestro lugar como esposos.
Así que cada quien se fue por su camino y no nos separamos porque hubieron problemas, sino para evitarlos hicimos eso.
Pero debo confesar que más la he extrañado.

Puedo decir que la amo. La adoro y cuando veo sus fotos en Facebook, a pesar de que esté con otro hombre, me hace feliz verla bien.
Elizabeth es buena persona y me quiere mucho, pero desde que falleció su primer esposo, su vida se volvió amarga. Incluso sus hijas -según ella- no eran así a como son ahora.

La más afectada fue Ashley y le echa la culpa a Mildre por el accidente que tuvo su papá, pero la verdad es que nadie sabe qué tiene el destino para ti.
Esa noche Mildre quería un helado y a la fuerza convenció a su papá. Fueron por él entonces en el auto y desafortunadamente al regresar a casa, un camión se le atravesó.
Quizás es por eso que noto que Ashley le tiene mucho coraje a Mildre. Pero sé que las dos no pueden tolerarse del todo de todos modos.
Mi esposa ha luchado para unirlas pero ese caso no es novedoso en su familia, ya que ella está peleada con dos hermanos suyos y no se hablan, por eso no puede hacer cambiar a sus hijas, porque les da un ejemplo opuesto a lo que ella quiere.

Toqué el timbre del departamento de mi hijo y me abrió de inmediato.
Sonrió al verme y me dio un abrazo.

-Hola papá.-

-¡Hijo! ¿Cómo has estado?- me hizo pasar y cerró la puerta.

-Bien, gracias. ¿Y tú? No te veo desde el mes pasado. Mi mamá vino ayer. Trajo mucha comida y he estado comiendo Ramen.

-¿Has seguido haciendo la receta de familia?

-Sí. Incluso Izumi, la que te conté, está enamorada de ese platillo.- noté que sonreía al hablar de ella.

-Así que Izumi.- alcé una ceja y él trató de ponerse serio.- Esa chica me agrada y ni siquiera la conozco. Me encantaría que me la presentaras.

-Cuando quieras.- sonrió.

-Hijo, quisiera que te quedaras conmigo.- apretó los ojos.- La casa es muy grande. Tal vez ni veas a Mildre.

-Papá, fue mala idea hacerme novio de tu hijastra. Me enamoré y caí como tonto. Sería muy incómodo para mí.

-No quiero que estés solo. Ya han pasado tres años...Ya en cinco meses serán cuatro. No quiero que estés solo. Si no quieres estar conmigo ve con tu mamá.

-¿Para qué? Si no tiene mucho tiempo disponible. Seguiría solo.

-Pero...- me interrumpió.

-Además, tengo novia.- lo miré atónito.

-¿Novia?- asintió sin despegar la mirada del suelo.- ¿Desde cuándo?

-Desde hace un tiempo. La quiero mucho papá. No me gustaría que supiera que me mudaré con mi ex. No sería correcto. Además, tú vives casi a fuera de la ciudad. Si me voy contigo no podré verla en las tardes.

-Entonces va en serio.- dije retándolo pero vi que cerró los ojos y suspiró.- Por Dios, Ruiko, estás enamorado.- afirmé.

-No tienes idea de cuánto me gusta. Incluso siendo novio de Mildre me gustó. Era como mi amor platónico pero ahora es distinto. Me encanta. Ha sufrido tanto como yo...me refiero en el romance. No es por eso que me gusta, no...Es que... Me pone loco. Siento mil cosas por ella y eso que no llevamos mucho tiempo de conocernos. Sólo ha pasado un año de la preparatoria pero aun así, no hemos hablado mucho que digamos...no hasta ahora.

-Entonces, ¿Tu novia es Izumi?- abrió los ojos como platos y asintió como si le hubiera descubierto una verdad que quería ocultar.- ¡Pues tienes suerte! Me dijiste el otro día que te caía muy bien esa chica. Y ahora que me dices esto me da mucho gusto. De ser así me encantaría conocerla ahora más que nunca. ¿Podrían dentro de unos días? Yo te avisaría cuando.

-Claro...te la presentaré.

-En un restaurant. Haré reservación. Yo pago todo. Me encantaría conocer la razón por la que seguirás viviendo aquí. Ya que de no ser por eso te obligaría a vivir conmigo o con tu mamá.- se puso rígido.

-No, tranquilo. Estoy bien así.

-Bueno, pues me agrada saber que tienes novia. Creo que mi visita ya llegó a su límite porque mira la hora. Elizabeth va a reclamarme otra vez.

-Descuida, me alegró el verte.- me abrazó y me acompañó a la puerta.

-Nos vemos hijo. Estaremos en contacto.

Después de eso me fui. Estaba feliz por mi hijo y no quise preguntarle más detalles por su noviazgo. Esos me los dirían ellos dos el día que cenáramos juntos.
Si me hablaba de maravillas de ella cuando no eran novios, me imagino que ahora las podré comprobar yo mismo.

Me agrada la idea de que no esté solo, y espero que esta chica no le rompa el corazón.

Historias que no viste en Enamorada de un celoso y hermoso pervertidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora