Ashley

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Estúpida Mildre. Por su culpa mamá me ataca demasiado. Ahora estoy castigada por meterme en la relación de el hijo de su pareja. ¡Por favor! Como si mamá no hubiera hecho lo mismo con Albert... Al menos estoy un tanto segura de eso.

Todo me sale mal. Ahora resulta que ya volvieron.

Jamás podré ser novia de Ruiko y sé perfectamente que no tengo ni tendré oportunidad de estar con él. Pero soy egoísta. Por lo tanto, si no está conmigo, no estará con nadie y de eso me voy a encargar yo misma.

Recuerdo cuando nos besamos. Bueno, cuando lo besé y su novia nos vio. Me llegué a sentir culpable pero valió la pena, ya que ese beso lo teníamos pendiente desde el día de aquella fiesta en la que bailamos hasta que llegó la peste de Izumi.

¿Qué le vio a Izumi? ¿Qué tiene ella que no tenga yo? Mi piel es suave, mi cabello es dorado, mis ojos azules, mi boca pequeña. No sé por qué no ve lo bonita que soy, porque lo soy y lo sé. Todos me lo dicen y siendo sincera, me veo muy bien en el espejo.

Mi cuerpo está bien formador pero es que ni eso le atrae a ese hombre.
Admito que Izumi tiene buen cuerpo, pero no lo trabaja como yo. Por lo que el mío está tonificado.

Nunca le gusté a Ruiko, y desgraciadamente él a mí si, y mucho.

Kentaro y yo intentamos tener una relación, pero la verdad es que no se dio. Quedamos como...¿Mejores amigos? Algo así, y si me quiere besar lo hace, solo que ni yo ni el sentimos algo. Lo sé, es raro pero es lo que tenemos.

Mildre lo dejó desde hace mucho y cuando entré a su preparatoria, comencé a llevarme bien con él.
Se dio cuenta que estaba enamorado de Izumi, y quería hacer algo para recuperarla, costara lo que le costara.
Yo lo utilicé, porque sabía que él haría lo imposible para alejarla de Ruiko y eso me beneficiaba a mí.

El video fue la mejor obra que pudimos hacer entre los dos, pero luego, a Kentaro le estaba aburriendo la situación. No le vi el mismo interés de antes por romper la relación entre Izumi y Ruiko, pero sé que no lo necesito. Yo puedo hacer las cosas sola.

Ruiko llegó a la casa como si un loco se hubiera escapado del manicomio. Lleno de histeria y sin dejar de gritar. De hecho me asustó y sentí que iba a matarme con sus palabras. Me gritó de todo; lo único que le faltaba era maldecirme, porque ya no tenía más insultos de su parte. La verdad me sentí muy mal, porque es el chico que me gusta, pero sabía que eso era respuesta de que en realidad habían terminado y el que ellos regresarán estaba muy difícil.
Para rematar la situación, Mildre llegó de la escuela e incluso se desquitó con ella.

Mi mamá lo corrió de la casa sin importarle que Albert estuviera y eso ocasionó un problema entre ellos. De hecho andan muy mal. En estos días andan peleando y por todo se molestan.
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Días después supe que habían regresado esos dos. Me dio tanto coraje que me llegó a doler el pecho. Solo que no se compara con el coraje que realmente hice saliendo de clases, porque esas tipas, esas estúpidas amigas de Izumi, me hicieron lo peor.
Ahora quedé expuesta en público. Quedé como una tonta que se escurre por Ruiko. Quedé débil. Pero ahora estoy ideando mi último golpe. Un golpe que sé del que no se van a poder recuperar con tanta facilidad.

Yo no daré mi cara, porque sé cómo es ella. Con su simple presencia va a romper la relación entre estos dos tipos, y eso es lo que quiero, porque no los soporto juntos. No los quiero ver juntos. No importa que Ruiko no se quede conmigo, pero si no es conmigo, no es con nadie.

Lo mejor de todo es que ya le estoy metiendo la idea a Mildre de estudiar actuación, y poco a poco va dejando su idea de ser cirujana a un lado. Y como ella no es nada inocente en el tema de "Ruiko", sé que por eso aceptará. Y el verdadero infierno de Izumi, comenzará sin que se de cuenta.

Historias que no viste en Enamorada de un celoso y hermoso pervertidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora