The Walking Dead || Glenn Rhee

3

¿Qué son?

Narra Jade

Eran las 12 de la tarde aproximadamente, yo me encontraba en casa cómo mamá y Carl, esperábamos a Shane ya que él nos nos llevaría al hospital para ver a papá. Desde lo ocurrido, Shane comenzó a estar diario con nosotros, por un lado estaba agradecida de que no nos dejó solos, estaba siendo demasiado amable pero, aveces sentía que quería sustituir a papá. Esa idea sonaba exagerada pero no sé, quizá solo era teoría mía, por la ausencia de papá tal vez imaginaba cosas.

¿Cuánto tiempo pasó desde ese momento? No lo sé, pero ese tiempo hizo que mi hermano y yo nos resignemos a que papá tal vez no despierte. Era cruel pero la tristeza conllevó a la desesperación y al no haber respuesta, llegó la resignación. Aunque también los médicos creían eso. Cómo dije, ya se había vuelvo una rutina ir al hospital, verlo inmóvil, pensar que nunca va a despertar y volver a casa. Hoy era igual.

—Jade, tu teléfono está sonando—dijo Carl mientras veía sus caricaturas.

Me levanté del sofá donde estaba mirando supuestamente las caricaturas con Carl aunque la realidad fue que estuve todo el tiempo con la mirada perdida pensando en nada. Tomé el teléfono y tendí mientras me dirigía a mi habitación.

—Hola, hermosa—Escuché al otro lado del teléfono al atender.

Era mi novio.

—Hola Matt—respondí no muy entusiasmada.

—¿Como sigue tu papá?—agradecía su sincero interés.

Llamaba diario para preguntar por papá o por el estado de mamá, de Carl y el mío.

—Todo sigue igual, no muestra señales de si va a despertar o va estar así por más tiempo. Los médicos no saben si va a despertar de hecho, ¿Por qué nosotros sí?

—Vamos, no pienses así, que se recuperará. Saldrá de esto.

En estos momentos agradecía por tener a Matt, con él podía mostrar mi lado crudo pero sincero y no me juzgaría ni se molestaría por ello ya qué a cambio él también me daría su lado más sincero.

—Es lo que intento pero ya no quiero pensar que despertará porque los médicos no tienen esperanza aunque no lo digan .  Además no quiero seguir mirándolo así. Solo sufre, lo sé. Por mi estaría bien que dejara de luchar...

—Escucha, no pierdas la esperanza. Con ella suceden cosas impresionantes a diario. Si la pierdes, que sentido tendría la vida.

—Esperanza... Lo que quiero es un milagro—suspiré pesado.

—Comienza con la esperanza. ¿Cómo vas a conseguir algo si no inicias con lo primero que es lo más importante?

Bien, me dejó sin palabras, por ello le daría la razón.

—Te odio—escuché su risa por qué tuvo razón y a mí me disgustaba no tenerla. Me hizo ver pesimista.

—Me tengo que ir, hermosa. Llego tarde a mi trabajo pero, no olvides lo que hablamos, verás que todo se
solucionará.

—Yo igual, tengo que ir al hospital, está por llegar Shane. Ah, y gracias por esto.

—No hay nada que me tengas que agradecer. Cuidate. Ah, antes de irme. Hay otra cosa que no debes olvidar nunca—intenté pensar lo que era pero no pude.