The Walking Dead || Glenn Rhee

11

—¡Jorge y Felipe llegaron!

Escuché que comenzaron a gritar varias personas. No pude ver de cuántas se trataban porque nos habían puesto unos sacos en la cabeza.

Al parecer el auto se había detenido y nos obligaron a bajar.

—Andando.- alguien me empujó para que comenzara a caminar.

—No puedo ver un carajo, maldito genio.- dije sin pensarlo.

El miedo que sentía se había ido por completo y había sido remplazado por enojo. ¿Por qué? Edd fue el primero que me puso la mano encima, después Merle me trató como una imbécil y la historia vuelve a repetirse con este tipo quién me golpeó.

Cada una de esas situaciones tienen algo en común y fue el miedo de ellos tres. Estoy conciente de mis debilidades ahora; no sé disparar, no soy hábil en algo, los muertos me asustan y me considero torpe e inútil.
Glenn es ágil, Daryl valiente, T-Dog sabe disparar y papá, por favor, papá era policía. Al parecer Glenn tenía razón, las buenas intenciones no eran suficientes.

—¡Felipe! ¡Felipe!.-: exclamó una voz de una mujer al parecer mayor.

La luz que podía pasar a través del saco en mi cabeza se oscureció por lo que deduje que entramos a un lugar.

—Abuela, por favor, no puedes venir aquí, te lo he dicho muchas veces.- ahora era una voz masculina.

—¿Pero quienes son estás personas?.-sentí que unas manos me tocaron los brazos a lo que me exalté.

—¡No me toquen!.- grité nuevamente asustada.

—¡Jade!.- aquella voz era de Glenn.

—¿Glenn? ¿Estás aquí?.- esa pregunta pudo parecer absurda pero estaba asustada.

—¿Qué les pasa? Es una chica y está asustada, Felipe. Tu madre jamás te enseñó a tratar a una mujer así. ¡Quitenle eso!

Después de demás parloteo de aquella mujer, el saco en mi cabeza fue retirado para que pudiera ver a un grupo de hombres y una señora mayor frente a mí; a mi lado Glenn seguía con el saco en la cabeza.
Aproveché la oportunidad y fue a dónde Glenn estaba.

—Dejen en paz a la señorita.- volvió a decir la señora cuando vió que el tipo que me golpeó y ese tal Felipe me intentaron detener.

—Glenn, estoy aquí.- quité ese sacó de su cabeza y me abrazó. Fue posible ya que no teníamos sujetados los brazos o muñecas.

—Dios, Jade, creí que te perdía.- su preocupación era genuina que me hizo sentir protegida y eso causó que correspondiera su abrazo.

—Su amigo tiene a mi primo.- informó Felipe a su abuela.

—Ustedes tienen a dos, parejos no están.- la abuela caminó a nosotros y nos tomó del brazo.-No les harán daño.

La miré y su cara amigable cambió por una triste.

—¿Te duele?.- su pregunta me hizo tocar donde ella veía, mi cara, y en mis dedos había sangre.

—¡¿Con qué la golpeaste?!.- gritó Glenn al tipo que me golpeó y este no respondió.

—Estoy bien, Glenn. No te preocupes.- intenté calmarlo.

—Jorge, ¿Por qué hiciste eso?.- la abuela parecía molesta y esa acción le desagradó.

—Nos atacaron.-mintió.

—¡Eso no es verdad!.-confronté.

—Ven conmigo, una enfermera curará esa herida.- la abuela tomó mi brazo para llevarme pero me negué.