El Lobo Es Malo

Becky

El domingo no hice nada más que estar con Scott comparando a las chicas, viendo quién me faltaba, quién sería nuestra víctima. Por la tarde visité a Julia y ya se sabe cómo acabó la cosa. Hoy era lunes y empezaba de nuevo.

- Erick.

Me giré a la vocecilla y vi a Becky, la hermanastra de Roben Bullock. Se quedó quieta y giró sobre sí. Le miré sus buenos pechos y su buen culo, pero el coño no sería apretado.

- Becky, la animadora de ensueño, que placer que te dignes a hablarme.

- Muy gracioso Frederiksberg.- Cerré la taquilla y la miré serio.- Me dijeron que dejaste de pasarlo bien con tu mejor amiga.

- Hace un año.- Se refería a la única chica que hubo antes de Julia, con la que follaba y disfrutaba, Zoe.

- Me contaron que buscas a alguien.

- No.

- Me dijeron además que haces buenas comidas.

Me alejé de ella y fui hacia la clase de literatura, me choqué con una chica que me miró sorprendida y se fue por donde había venido. Le miré su culo, le fallaba un poco pero estaba de cara bien.

- Que raro, Erick, ¿te diste un golpe en la cabeza?

- No, Julia, hoy quería hacer la buena acción del año.

Me senté y observé que todos estaban aún preparando todo. Sonó la campana y después llegaron Scott, Roben y Marc.

- Oye, Roben, ¿tú follas con Becky?

- Suelo hacerle dedos y ella me la lame, ¿por?

- Quiere algo conmigo.

- Pues fóllatela y me dices que tal es, así yo me lanzo o no.

Sabía que él la vendería, pero no sabía que me dejase hacer eso. Me giré a Scott y después de que dejase de mirar a yo que sé qué por la ventana, me miró.

- Ayuda.

Le escribí que Becky quería algo y que Roben me dejaba, me miró sorprendido y me puso en la nota un gigante no. Le pregunté por qué y me respondió que era de esas que no se soltaban. Que si hacia algo, debía dejar las cosas claras y me reí.

- Erick, ¿puedes por favor dejar de distraer a todos?

- Creo que los chicos están muy centrados en ti.

Todos se rieron y hubo alguna queja por parte de las chicas. Era lógico. Que tu profesora estuviera tan buena y con todo tan perfecto debía joder bastante.

- Hay una chica que vendrá a estas clases dentro de dos días y tiene que tener un compañero de clase. Y tú, Erick, serás su compañero.

- ¿Y con quién me pongo yo?

Miré a Scott. Sabía que le molestaba eso, conmigo podía sacar buena nota rápidamente, no sólo porque yo Julia me regalaba la nota, sino porque él de verdad se esforzaba por sacar buenas notas. La verdad es que no pegaba que alguien tan mujeriego fuera buen estudiante, pero él era una gran excepción. Por eso las chicas iban a él si querían una relación más estable.

- Con Roben y Marc o con Katie. Sin quejas.

Me partí de risa al ver su cara y dijo que con Katie. Le miré y encogió los hombros. Sí, mejor ella, ésta era de buenas notas, no como los otros.

Al salir de clases me encontré con la misma chica del culo medio bueno y me sonrió levemente. Me paró y me enseñó una hoja.

- ¿Sabes dónde está el despacho de Julia?

- Claramente.

Todo el instituto sabía que entre ella y yo algo pasaba. Era fácil adivinar qué ocurría. Pero yo siempre lo negaba a los fisgones y decía que me daba clases particulares para sobrellevar las asignaturas.

Fuimos al edificio de los profesores y saludé a The Killer que pasaba apurado por ahí. Me dirigí a la recepción y vi a la mujer más maravillosa.

- Ay, mi Erick. ¿Qué ocurrió esta vez?- Miró a la chica que venía conmigo y me miró alzando una ceja.- ¿Necesitas?

- No, Rocío.- Me reí con descaro y ella me sonrió.- ¿Le puedes guiar a ésta dónde está Julia?

- Está hablando con Becky ahora mismo sobre sus clases de literatura.

- Joder.

Me froté la cara. No podía creer que la nueva fuera ella. La tendría como compañera de clases. Era lo peor. No me dejaría ir por mis anchas con nadie.

- Bueno, gracias, yo me quedaré aquí.

Me despedí de Rocío y de esa chica y me fui. Fui andando con calma por el camino trasero que llevaba al instituto. Unas manos me taparon los ojos.

- Tus pechos hablan por ti, Becky.

- ¿No quieres probarlos?

- No.

Le quité las manos de mis ojos y seguí andando. Volvió a pegarse a mí y esta vez sus manos acabaron sobre mi miembro. Bajó la bragueta y me masajeó un poco.

- ¿No quieres?

- Si te follo como una perra, ¿me dejarás de acosar?

- Tal vez seas tú el que me vaya a acosar luego.

Me di la vuelta y le llevé a unos árboles dónde nadie pasaba y la subí la falda. Se subió a mí y le apoyé en un árbol. Le hice gritar bastante porque se lo hice muy duro y al llegar al orgasmo, me reí de lo que dijo.

- Dios, Roben, tu pene es... Es perfecto.

La dejé después ahí. Cuando me giré a verla, estaba llorando y haciéndose dedos. No entendía porque hacía eso, pero me dió un poco lo mismo.

Fui a donde siempre me reunía con todos y vi a Marc y a Roben. Le di unas palmadas a éste y me miró con cara de incrédulo.

- Me follé duramente a Becky.- Me miró interesado y los dos se sentaron en el banco mirándome atentamente.- Llegó al orgasmo y dijo, 'oh, Roben, que pene más perfecto'.

- Pues entonces creo que le daré lo que quiere.

- Ahora es cuando tu pene no es tan perfecto.- Marc sonrió con esa sonrisa tan grande y enseñó todos sus dientes.

- Oye, que tú tengas tres piernas es sólo genética, yo tengo tres piernas y es único.- Marc se rió y Roben le siguió.

Marc era francés, fue mi vecino cuando éramos niños. Siempre le preguntaba si él podía ponerse más moreno y siempre se reía. Él era de padres africanos, si mal no recuerdo. Roben sin embargo era lo contrario al otro. Ojos azules y pelo rubio, muy rubio, su piel era blanquísima. Él venía de Suecia, se notaba bastante que era nórdico.

- Creo que ella va a ser mi compañera de literatura.

- Coño. Pues nada, ahora la tendrás a tu disposición a todas horas.- Roben se rió y miré al otro.

- ¿Por qué cuando la dejé, se quedó llorando en el suelo? Y otra pregunta, ¿por qué finges no estar afectado?

- Creo que ella quiere llamar mi atención.- Iba a preguntar qué había de malo y me paró.- Pero es que es mi hermanastra, no es lo mismo hacerle esos favores a follar. La vería todos los días en Navidad y no podría perdonarme por lo que hice.

Asentí. No quería meterme en esa relación. Él estaba enamorado de ella, y ella de él. Pero al ser familia se les jodía el plan. Le di dos palmadas y les dejé fumando. Hoy no iba a ir a por Julia, no tenía intención.