Tracie

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Me desperté y me miré. Estaba con sólo los calzoncillos, mi ropa estaba en una silla desconocida para mí. La cama también era desconocida.

Me levanté de golpe y me vestí. Miré la habitación y vi un marco, encendí la luz y observé la foto. Era una Rocío más joven con una chica, cogidas de las mano y con una sonrisa pintada en la cara.

- ¡Ay, qué susto, mi niño!- Rocío abrió la puerta y dió un respingón.

- ¿Hemos follado? Dime que no. No puedo haberte hecho eso.

- No, no. Ayer no querías volver con Scott, por lo que me pediste unos días en mi habitación.- Suspiré y le pregunté dónde había dormido ella.- No he dormido. En el momento en el que te dormiste te subió la fiebre. Ahora ya estás bien.

Me señaló el baño y me cambié. Cuando salí vi una mochila. Era la mía. Dentro había una bolsa de papel y una nota. 'Para que comas algo en el primer descanso, estás muy delgado'.

Salí de ahí y saludé a los profesores que me iba encontrando. Ellos me saludan alegremente y sin miradas raras. Rocío ya habría explicado lo que pasaba.

- Erick, ven.

- Julia, oye siento que...

- ¿Estás mejor? Me dijeron que tuviste fiebre y dormiste con Rocío. ¿Qué tal vas?

- Bien. Supongo.

Me dijo que me sentara ya. Aún no había tocado la campana. Entró una chica y le miré. Era la de la buena cara y medio buen culo.

- Soy Tracie Trevor. Tu nueva compañera de literatura.- Me tendió la mano y observé que llevaba dos anillos en el dedo anular.

- Erick.

No le cogí la mano y ella no pareció molestarse. Se sentó a mi lado y cuando me giré a verle ella estaba mirándome a mí y me sonrió.

- ¿Por qué me miras así?

- Porque eres guapo.

Me callé y volví a mirar al lado contrario de donde estaba ella. Ninguna chica me había dicho que era guapo. Suponía que si querían follar conmigo lo era, pero no me lo habían dicho.

- El otro día nos conocimos, ¿no?

Asentí y le miré de nuevo. Tenía una bonita sonrisa y una nariz respingona. Largas pestañas y un poco de mofletes que le sentaban bien. Sus ojos eran...

- Bonitos.

- ¿Perdón?

- Tus ojos. Que son bonitos.

Sonrió y me dió las gracias. Sonó la campana y se puso formal. Yo me quedé viendo su perfil. Sus ojos castaños con gotas de verde se clavaron en la puerta y miré hacia allá.

- Scott Mans, Roben Bullock y Marc Howland llegan tarde.

No dijeron nada y se sentaron. Saludé a todos excepto a Scott. Él no se enteró de nada. Me volví al frente y comencé a dormirme despierto.

- Erick. Erick.- Miré a Tracie y ella me sonrió al momento que me despertaba.- Había que hacer un trabajo en parejas pero lo he hecho y hemos sacado un diez.

Asentí y le sonreí. Después cerré los ojos, dispuesto a seguir soñando. Unos golpes en mi espalda me hicieron abrir los ojos e iba a decir a Tracie que parase pero ella no estaba a mi lado.

- ¿Follaste toda la noche?

- Scott. Vete.- Cerré los ojos y me dió un golpe en la espalda que hizo erguirme.

El Lobo Es MaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora