El tiempo pasaba, y más rápido de lo esperado, de hecho ni cuenta nos dábamos. Había perdido el contacto con el mundo social, y con él igual. Estábamos en las últimas semanas del proceso, y yo sólo quería aprobar.
-Orne, ¿estás bien? - me pregunta Arne, a mitad de la explicación de un ejercicio que me hizo el favor de explicar.
-Sí, es que se me complica un poco, aparte siento que he estado distraída estas últimas semanas... - le respondo, rompiendo en llanto, no de pena, más bien de tanta presión - y yo sólo quiero aprobar.
-Tranquila, tú si has estudiado y Dios mediante sí aprobarás. - me consuela con sus palabras, dándome a la vez un reparador abrazo.
Luego de ese ''lapsus lagrimeada'', me recompuse. Sin duda estaba experimentando eso a lo que llaman ''sentimientos encontrados'', pero es en esos momentos en los que uno debe estar aún más fuerte... Y sabía que Dios me iba a seguir ayudando.