XXII

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-Bueno, pues aquí nos quedamos hasta que alguien venga a por nosotras

-Maldito imbécil, podría habernos acompañado hasta la cafetería, aunque fuese incómodo habría sido mejor que abandonarnos aquí

-A lo mejor  no ha caido en eso

- Eso espero, de otra manera sería demasiado cruel incluso para él

-Vale conciencia, ya esta bien de meterse con el pobre Mark

-¿Pobre? Más tonta y no naces, te acaba de dejar porque eres ciega y por los cuchicheos del instituto y tu todavía le defiendes...

- Si, pero...

-Ni pero ni nada.

Mientras tengo esta agradable conversación conmigo misma  me siento en el mismo sitio en que me acaban de dejar, más que nada porque no se volver sola y me he dejado el móvil en la cafetería, por lo que  no tengo forma de llamar a Ellie para que venga a por mí

Me rodeo las piernas con los brazos y me pongo a recordar momentos con Mark como buena masoquista. La primera vez que nos vimos en clase, el tonteo, el primer beso en aquella fiesta   ( bendito juego de la botella) ,  el primer te quiero , etc..  No se en que momento he empezado, pero noto como las lágrimas caen por mis mejillas. Vaya cuadro tengo que estar haciendo, una ciega sola y perdida en el instituto llorando...

Oigo  el timbre  que avisa de que termina el descanso, pero no me muevo. Poco a poco empiezo a perder  la cuenta del tiempo que llevo aquí, sé que no llega a una hora porque no ha sonado el cambio de clase, cuando oigo unos pasos acercarse a mi. Me seco las pocas lágrimas que aún tengo y levanto la cabeza , dirigiéndo mi cara hacia la dirección de la que vienen los pasos

Se acerca a mi y se para. Sé que se ha puesto de cuclillas  delante de mí cuando   noto  su respiración agitada.

- ¿ A quien tengo que matar?- dice

Desde ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora