capítulo 9

101 7 8
                                        

...Me reincorporó en la cama y miro a mi alrededor esperando ver una sombra, pero lo único que me hace temblar de miedo es ver una rosa negra sobre la almohada frente a mí. 

Algo diferente tenía esa rosa, los bordes de cada pétalo estaban en un ligero color rojo, algo que me hacía pensar que no era la misma que yo  había resguardado en la caja de zapatos.

Algo diferente tenía esa rosa, los bordes de cada pétalo estaban en un ligero color rojo, algo que me hacía pensar que no era la misma que yo  había resguardado en la caja de zapatos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De un momento a otro  cualquier miedo o temor se esfumó, y de la misma nada floreció una valentía que no existía hace unos cuantos minutos atrás.

Tome la rosa como si no fuera nada que me atemorizara, pero antes siquiera de tocarla me vino a la mente el momento en que la rosa me transportaba de solo tocarla.

Deshice las ganas de tomarla y solo la ignore mientras me ponía en pie y caminaba al armario donde se debería encontrar la aquella rosa.

Al fondo del armario la caja de zapatos estaba tal cual como la había dejado hace unos días, la tome sin resentimiento, pero valla sorpresa me llevé cuando el interior se encontraba completamente vacío.

Era obvio que la rosa que estaba sobre la almohada era esa rosa.

¿Cómo llego esa rosa ahí?
Y ¿Quién la había dejado ahí? O simplemente ¿Quién mierda es la persona que se está entrometiendo en mí vida?

La cara de Adrian se cala en mí cabeza, su actitud me está calando por completo, que se supone que quiere de mí.

La valentía que sentía hace minutos se esfumó apenas el nombre de Adrian fue pronunciado en silencio, todos mis sentimientos se resumían en tristeza y amargura.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, no sabía ni siquiera porque lloraba. Porque me sentía así.

Extrañaba a mí madre, es estos momento estaría diciéndome que no llore por estupideces, que la vida sigue y el mundo no dejaría de girar por mí. Cuanto la extrañaba, aunque en algunos momentos su mente se iba y me dijera que todo su sufrimiento es mi culpa, que mi padre se fue porque yo no estaba en sus planes.

Padre...

Ese extraño sueño en el que un hombre se hacía llamar mi progenitor todavía me invadía la mente, intentaba no pensar en él, y no estaba logrando para nada mi objetivo.

***

Empujé el carro de supermercado con la cadera mientras leía la pequeña lista que había hecho horas antes para distraerme.

-¿Blake?.-Levanté la mirada de la lista hacia al frente, unos ojos azules me observaban con diversión, sabía que conocía esa mirada, pero no sabía de dónde.

-¿Hola?.-Dije, o más bien pregunté, estaba confundida, ¿Quién era este chico?

-¿No me recuerdas cierto?.-El río con unos hermosos hoyuelos, reí junto a él y negué con la cabeza.-Soy Castiel.

SúcubosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora