Capítulo 1.

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Da igual donde corriera, donde fuera o me escondiera, sentía que esos intensos ojos grises me perseguían como si fuera su presa.

Los susurros del viento acompañaban la mirada, sin contar también las sigilosas pisadas que desde hace una semana me quitaban el sueño.

La cara de dicho perseguidor se dio a la luz entre las mantas de hojas que los árboles tiraban,  no sabía qué hacer, no podía creer como tal belleza podía dar tanto temor e intriga.

Sus labios, rojos como la sangre, contrastaban contra su piel pálida, estos se movían sin soltar sonido alguno, traté de acercarme algo más para escuchar sus seductoras palabras que me atraían con intriga, pero su rostro fue haciéndose borroso hasta el punto de desaparecer entre la neblina que hasta ahora no había notado del todo.

***

Mi mirada divago desde mi cuaderno universitario hasta el reloj en la pared que marcaba el comienzo de una nueva jornada.

Volviendo nuevamente la vista al cuaderno, una cara, que conocía bastante bien, se hace presente a través de trazos y borrones hechos por mí.

Sin darme cuenta, sin mera conciencia, había hecho el retrato de tal chico que aparece en mis continuas pesadillas causantes de desvelos.

La voz de mi mejor amiga, Celeste, una chica alta curvilínea y marcados visos rojos que contrastan con sus extravagantes ojos verdes azulados, se hace presente dentro de mi burbuja personal, haciendo que cierre el cuaderno de golpe y la mire con una sonrisa nerviosa, por miedo a ser descubierta.

-Hola.-Le dije al momento que se sienta a mi lado hablando sin siquiera respirar.

-...Y entonces le dije que si quería podíamos ir a mi piso, pero que también podíamos ir al suyo, la cosa es qué tuvimos sexo salvaje toda la noche sin siquiera conocernos, y eso me agotó por completo.-Terminó de hablar con la respiración agitada como si llevará un largo tiempo hablando.

Me quede algo en shock por las últimas palabras de su "conversación", al parecer mi amiga había tenido una linda o mejor dicho, salvaje noche de sexo, mientras que yo había tenido una pesada y repetitiva pesadilla.

Abrí mi boca para decir unas palabras al respecto, pero la sensación de que algo no estaba bien me recorrió desde la nuca hasta en fin de la espalda, junto con un ruidoso portazo de la puerta del aula.

Levante mi cabeza ignorando por completo lo que me pareció otra de las historias macabras de Celeste.

Y por segunda vez en el día quede en shock. Pero en uno bastante distinto al anterior.

Sentí como mi cara perdía el color, mi cuerpo perdía temperatura hasta el grado de sentirme desahuciada, hasta incluso sentirme sucia por estar en l misma aula que él.

Mis ojos dieron con los grises del chico el cual me miraba con una sonrisa burlona, queriendo reírse de mi reacción.

Mi boca estaba ligeramente abierta por la sorpresa, o el miedo que esto implicaba.

Él, avanzó hasta una mesa que estaba frente a la mía, y se sentó ágil mente de una manera que parecía un depredador en la jungla.

El chico de mis constantes pesadillas y delirios, el chico que dibujaba sin siquiera conocer, estaba aquí.

¿Cómo? ¿Esto era un sueño? Esto no podía ser.

Sentía la impetuosa necesidad de decirle a Celeste que me despertara de mi propio sueño, o si quiera me digiera que todo estaría bien.

El chico aun me miraba con su sonrisa que podía describir como lobuna o simplemente psicópata a su manera.

-¿Me estas escuchando?.-Me reclamo Celeste llamando mi atención, la cual a decir verdad no le estaba dando.-Será mejor que valla a buscar a Brant.

Dijo más para sí misma que para mí.

¿Quién era Brant?

Quería decirle a mi amiga que no me dejara sola, que mejor la acompañaba, pero nada salió de mis labios, más bien asentí en su dirección.

Celeste se levantó de la silla y salió por la puerta por la que hace poco entró él.

Mire nuevamente con miedo a la mesa de en frente, pero el miraba con el ceño fruncido la puerta por la cual hace poco habían salido mi amiga.

A los segundos el me miró, pero baje rápidamente la mirada para no atemorizarme a mí misma, y menos sonrojarme por ser pillada apreciando su perfil de rasgos rectos y masculinos.

El chico se levantó de su silla y en un  caminar del todo seductor como si de un dios griego se tratara camino hacía mi lado, permitiéndome hacer un pequeño escaneo sobre su cuerpo.

Una musculosa blanca que dejaba ver sus trabajados brazos, los cuales de seguro eran solo horas de gimnasio, unos jens negros que se ajustaban a sus piernas junto con unos botines del estilo militar manchadas con barro.

Llegó a mi lado y con una seña indicó la silla desocupada que dejo hace poco Celeste, y se sentó sin esperar a que le respondiera su pregunta no formulada.

-Hola.-Dijo con una voz más que seductora.

El vello de mi nuca se erizó de tan solo escucharlo y más el saber que estaba a escasos centímetros de mí.

-Ho...Hola.-Dije con la voz ahogada.

¿Que se supone que pasaría ahora?

¿Charlaríamos como si fuéramos conocidos de toda la vida?

¿O el me explicaría sus extrañas apariciones en mis sueños?

¿O si quiera me diría que hacía hablándome?

Eran muchas mis preguntas pero él me interrumpió con su voz al estilo de seducción.

-Soy Adrián, aunque me puedes decir como quieras, seré quién quieras.-Su voz era gruesa, varonil y seductora y acompañada de un coordinado movimiento de cejas. Su mirada tenía cierto tono de deseo, o burla, y sus labios tan rojos como los recordaba estaban curvados en una de las sonrisas más deslumbrantes que he visto.

-Soy Blake.-Dije negándome a mí misma tartamudear, y mucho menos parecer asustada o incluso nerviosa.

La necesidad de pararme y salir del aula era notable, pero la necesidad de saber sobre Adrián y  por qué se presentaba en mis sueños era mucho mayor.

Él se reclino sobre la silla apoyando sus codos en sus piernas, y sus manos haciendo palanca para de alguna manera sujetar su cara.

-Blake...-Dijo como si fuera lo cosa más interesante que haya dicho en el día, incluso en su vida.-Me suena a nombre de perro.- siguió con tono de burla.

¿Qué mierda se supone que debo responder a eso?.

Fruncí el entrecejo algo sorprendida por sus palabras, también algo molesta.

¿Nombre de perro?

Que le den.

Me levante de la silla de manera tambaleante y empecé mi camino hacía la puerta del aula.

-¡Hey!, Si quiera despídete morocha.-Grito en tono burlón, llamando la atención del único chico que estaba en la esquina solo.

Como toda dama que soy, me gire sobre mis talones y levante mi dedo corazón a lo que el soltó una sonora carcajada negando con la cabeza.

Me gire nuevamente en mis talones y salí del aula dirigiéndome a cualquier lugar lejos del chico.

Primer capítulo *-*
Espero que les guste y si hay alguna falta me avisan y la arreglo.
Adrian en multimedia O.o
Voten, comenten y disfruten. Las loveo♥






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