XVII

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Sé que pensaste en mí más de una vez.
Todo este tiempo me mantuve,
sustituyendo tus blancas mentiras,
por unas peores, pero más piadosas.

Sabes que pensé en ti más de una vez.
Y aunque no lo reconozca, sí, tú y solo tú,
causaste una ventisca, algo seca,
en esa parte de mi cuerpo,
vulgarmente llamada alma.

Es algo curioso que la ventisca la produjera yo,
por propia voluntad,
con aquella vieja intención de percibir la brisa,
de otra alma desdichada.

Siempre quise escribir en verso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora