La vida de recién casados nunca es fácil, pero para una pareja que empezó su relación con todo en su contra, será mucho peor.
La relación de Aidan y Brook se pondrá a prueba de la peor manera. ¿Será el amor lo suficientemente fuerte para superarlo?
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Aidan POV.
Estamos en la iglesia, en silencio.
Brook tiene los ojos cerrados, como si estuviera hablando con alguien en silencio. Quizá yo pueda hacer lo mismo.
Aun no llega nadie, solo estamos él y yo, pero por aquí debe andar Katy, porque he visto la camioneta de Tyson afuera.
El silencio aquí es tan intenso que puedo escuchar los latidos de mi corazón.
No soy mucho de pedirle a Dios, de hecho, muy pocas veces en mi vida lo hice. Si creo en él, aunque quizá no en como la iglesia lo pinta, porque dentro de todo hay intenciones humanas, pero si creo en él. Es decir, hablo con Rob, y le platico mis cosas, eso es porque en mi interior se que Rob está... en algún lugar. Y si eso es posible, es porque creo en la existencia de Dios. De algo después de la muerte.
Pero yo no le pido cosas a Dios. Porque creo que todos mis problemas no son nada en comparación con lo que algunas personas en la tierra están pasando. Sería egoísta pedirle ayuda para estupideces. Sin embargo, si le he reclamado mucho. Le reclamé cuando mi madre murió. Cuando Rob murió. Cuando Brook se fue. Cuando mi padre murió. Y de hecho, reclamo muy seguido. Creo que ese es un error de todos. Siempre reclamamos.
Pero no creo que Dios tenga poder sobre todas nuestras decisiones. Creo que nos puso en este lugar, con libertad de albedrio, y todo lo que pasa es por nuestros actos, y no hay que culparlo a él.
En fin, ahora si necesito ayuda.
Se que es tonto, porque nunca estuvo en mis planes tener un hijo, pero ahora lo quiero.
Siento cariño por esa... parte de mi que crece en el vientre de Katy.
Y yo no puedo ver como forman una familia.
Así que, Dios, si pudieras ayudarme con lo que estoy a punto de hacer, te juro que te agradecería eternamente.
Me pongo de pie, y le digo a Brook que regreso en un momento.
El sola mente asiente, pero ya estoy caminando hacia la salida de la iglesia.
Apenas he abierto la iglesia cuando una chica me envuelve entre sus brazos.
Por un momento no se quien es, pero después reconozco a Jesse, la mejor amiga de Katy.
-Hola Jesse –la saludo, abrazandola también.
-Tenia tanto tiempo sin verte –masculla.
Me separo de ella con delicadeza y le regalo una sonrisa.
-¿Has visto a Katy? –le pregunto.
-Si, está en el salón de espera –responde sonriendo.
