La vida de recién casados nunca es fácil, pero para una pareja que empezó su relación con todo en su contra, será mucho peor.
La relación de Aidan y Brook se pondrá a prueba de la peor manera. ¿Será el amor lo suficientemente fuerte para superarlo?
...
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Brook POV.
-¡¿Qué hiciste qué?! –suelto sorprendido.
-¡Shhh! Vas a despertar a Dakota –susurra.
-Duerme como un tronco –digo, cuidando mi tono de voz-. ¡¿Qué hiciste?!
-Me surgió la oportunidad –contesta, encogiéndose de hombros-. E invertí.
-Dios, Aidan –exclamo-. Esto no es como haber comprado un pastel o...
-Ya se, ya se –me interrumpe-. Es lo mismo que dijo Albert. ¿No estás feliz por mí? Es una buena notica, Brook.
Parpadeo un par de veces y por fin sonrío.
-Claro que estoy feliz –le digo caminando hacia él.
Envuelvo mis brazos en su cuerpo y lo aprieto con fuerza.
-Parece que a nadie le gustó la idea –masculla junto a mi oído-. He recibido más críticas que nada. Incluso Albert no estaba seguro.
Aprieto aún más fuerte su cuerpo y le doy un beso en la mejilla.
-No es que no estemos felices por ti, Aidan –le digo-. Es solo que es muy sorpresivo.
-Lo sé, lo sé –concuerda, separándose de mi abrazo-. Tenía el dinero, ¿Sabes? Quería hacer algo con eso. Y dejar de gastármelo a lo tonto.
-Entiendo –aseguro-. Nos has tomado desprevenidos. Eso es todo.
Lleva su mano hasta la nuca y comienza a rascarse mientras sonríe.
-Todavía hay algunos trámites que hacer. Pero el lunes ya seré parte de los socios formalmente. Me presentaran y todo eso.
-No puedo creerlo –admito-. O sea, Dios. No me entra en la cabeza que ahora eres dueño de una parte de Colhants.
-Una gran parte –dice con orgullo-. El socio mayoritario solo tiene dos por ciento más que yo.
Le doy un golpe juguetón en el hombro.
-Cállate –mascullo sonriendo.
Y vuelvo a abrazarlo con todas mis fuerzas.
Decidimos que es tiempo de festejar, así que despertamos a Dakota para arreglarla y salimos a cenar.
Mientras lo hacemos Aidan me cuenta como fue todo el trámite, y todo lo que pasó. Y todo lo que tiene que hacer.
No puedo asimilar aun el hecho de que mi esposo sea socio en una de las empresas más grandes de la ciudad. Quizá esté entre las mejores de todo Arkansas.
-Aún tenemos muchas cosas que organizar –dice en cuanto nos retiran los platos de comida.
Aunque hemos pedido el postre de la casa y un par de copas de champagne.
