II. Tony

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Título: Hermandad de los Lobos

Autora: Clumyskitty

Fandom: MCU-Omegaverse

Parejas: OC/Tony luego entonces Stony.

Derechos: ¿pues cuáles?

Advertencias: Universo Alterno con Omegaverse y m-preg. Estoy loca, enferma y desquiciada. Post Civil War con cambios porque necesito satisfacción. Shalom. Namasté.

Gracias por leerme.



II. Tony.


Todo parecía lo mismo y de pronto se volvía tan extraño, las calles, los rostros de los citadinos, el paisaje de Nueva York, los jardines de Naciones Unidas. Luego de ese tiempo dentro de la Comuna, Tony se sintió ajeno a la ciudad que amara con tanta locura y de la que se sintiera profundamente orgulloso como uno de sus hijos favoritos. Lejanos tiempos más benévolos. No negaba el sentimiento de alegría que experimentó al pisar las aceras concurridas, ver una vez más los escaparates y marquesinas tan neoyorkinas, antes de dirigirse hacia el edificio en el cual esperaba el comité de vigilancia como representantes de las Fuerzas Conjuntas sin olvidar al fastidioso Secretario de Estado, el General Ross. También estaría presente ni más ni menos que el rey de Wakanda, T'Challa con su séquito de Dora Milaje cuidando su persona.

Conflictos internacionales habían aparecido, no tan relevantes como para llamar a una junta de emergencia pero sí lo suficientemente atractivos a la prensa de tal suerte que estaban comentando la nula intervención de los Vengadores en dichas situaciones. Bien, ahora ya estaban probando de su propia medicina, percatándose de los estrictos lineamientos de los Acuerdos de Sokovia. Sin mencionar que Vengadores permitidos solamente eran Visión y él, quien ya no había usado su armadura desde Siberia. Así que con mucho, el pobre de Visión respaldado por Pantera Negra, no eran una fuerza de contención suficiente para los problemas del mundo. Ni siquiera él uniéndose a ellos haría una diferencia, más comenzaba a hablarse de forma muy tímida, sobre todo en las redes sociales, de un grupo de superhéroes anónimos. Los Vengadores Secretos.

Stark estaba al tanto de los deseos del comité de vigilancia, de forma incómoda tenían que aceptar que los Vengadores Secretos eran un mal necesario. Los Acuerdos de Sokovia debían modificarse, con las recomendaciones que diera antes de partir a la Comuna. Llegaba la hora del estira y el afloje de la junta administrativa de Naciones Unidas, las Fuerzas Conjuntas y el comité de vigilancia. Burocracia en todo su esplendor. Eso no le inquietaba. Ver al rey de Wakanda sí. Primero le había socorrido en Siberia antes de abrirles los brazos a esos fugitivos de la ley. Lars se lo había contado un día, bien informado del paradero de los Vengadores Secretos, gracias a su profesión. Su Alfa no se andaba con rodeos ni mentiras, era parte del estricto código de la Hermandad de los Lobos. Steve Rogers estaba felizmente en Wakanda con su Omega y su Manada de Guerra, en la forma y condiciones perfectas para el Capitán América.

Tenía que dejar en el pasado todo eso, pero como dolía aún el recordar desde el inicio de los eventos hasta su final. De no haber encontrado a la Comuna, seguramente hubiera terminado con un infarto al corazón que hubiera dejado a Peter completamente desahuciado. Ambos ya habían mostrado los inicios de debilidad propios de un Omega con su cría, abandonos, sin Manada alguna que les soportara durante el tiempo vital de crianza de un infante. Ni esa carta ni ese teléfono hubieran hecho alguna diferencia. ¿Para qué? Se preguntó el castaño subiendo por el elevador hacia el piso de la sala de juntas, ajustándose su corbata una vez más. Si me necesitas, ahí estaré. Pero mientras no fuese algo que perturbara a su precioso Bucky porque entonces tenía otras prioridades. Con un aguijonazo en el pecho se preguntó si acaso ya habría conseguido descendencia con ese Omega entrenado para matar.

Hermandad de los LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora