Fénix: El Legendario

1. ¿Tú un héroe?

Ecuador, Agosto del año 2018

Era una mañana soleada y tranquila en Guayaquil la ciudad más poblada del país. El viento soplaba levemente, ese momento era el perfecto para descansar según Vincent. Aquél hombre alto y con barba se encontraba durmiendo en un gran árbol que quedaba en el patio de una casa abandonada o eso es lo que creía.

Él dormía plácidamente hasta que escuchó una voz que lo hizo despertar de forma inmediata.

—¡Señor! ¡Señor! —le decía un niño de 8 años que lo miraba desde el suelo.

—¡Ah! —exclamó Vincent y luego continúo hablando— ¿Qué?

Vincent estaba con sus ojos entreabiertos, ya que aún no despertaba del todo.

—Acá abajo— exclamó el niño, alzó su tono de voz para que lo escuchara mejor.

El hombre medio dormido abrió bien sus ojos color miel, dio un bostezo largo, se levantó y se lanzó al suelo dando un brinco.

—¿Qué pasó niño?— preguntó acuclillándose frente a él.

—¿Qué estaba haciendo en mi árbol? —interrogó el niño frunciendo levemente su ceño y a la vez señalando el árbol.

—¡Eh...! Haber niño... ¿Cómo te llamas?— dijo Vincent rascando el lado derecho de su barba.

—Me llamo Arturo —respondió el niño rápidamente cómo si sus padres nunca le hubieran enseñado a que no debería hablar con extraños.

—¡Bien! Arturo...cómo el rey...  —empezó a hablar Vincent —Pues yo estaba durmiendo allá en tú árbol porque quería descansar un rato y vi esta casa...la cuál pensé que estaba completamente vacía, ya que no había nadie y aparte está tods sucia, tienes que decirle a tu mami que le arregle un poco o algún familiar tuyo porque si le hace falta una buena limpieza...ese es mi consejo.

—¿Eres un ladrón? —preguntó Arturo dando tres pasos hacia atrás por temor.

—No —negó Vincent alzando sus cejas.

—¡Bueno en teoría no...! Porque a un ladrón lo tienen pillado, lo persiguen...y sale en las noticias —respondió Vincent mirando hacia arriba como si recordara algunas cosas de su pasado, un pasado que tuvo buenos momentos pero también momentos muy malos y sobre todo difíciles de olvidar.

—¿Entonces...? —preguntaba el niño, pero fue interrumpido por Vincent, quién le tapó la boca con su mano derecha.

—¡Shu! Espera Arturo, parece que escucho unos gritos —dijo Vincent mientras aún le tenía la boca tapada.

—¡Ah! —exclamó Vincent porque Arturo le había mordido los dedos de su mano.

—Ey no muerdas— reprochó Vincent, mirando todo serio al pequeño Arturo.

Luego de eso Vincent puso sus dedos índice y medio en su sien derecha, se quedó en silencio por unos segundos, estaba tratando de calmarse para poder pensar mejor.

—No puede ser...ya están aquí —exclamó Vincent haciendo puño con su mano derecha, él no esperaba ser hallado tan rápido una vez más.

De repente se escucharon disparos y gritos adentro en la casa, el pequeño Arturo se sobresaltó ale escuchar los disparos.

—Arturo ponte detrás de mí— exclamó muy serio Vincent.

—¡O...ok! —fue lo único que mencionó el niño balbuceando, ya que estaba asustado.

—Aquí está— dijo un hombre con un traje militar de color naranja acompañado por tres hombres con armas muy avanzadas en cuanto a tecnología.