Días 8, 9, 10.

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Día 8 (mañana)

Llovía desde la madrugada con una intensidad inusual. Salió de su casa apurada bajo el paraguas, sintiendo cómo se helaba cada hueso de su cuerpo. Al llegar a una esquina, un autobús la bañó en agua sucia de arriba a abajo. Ya no tenía tiempo para volver, bañarse y cambiarse, y una falta injustificada como esa podría costarle el trabajo. Tampoco era bueno presentarse así a dar clases, pero no tenía más remedio. Al menos la perdonarían cuando vieran el estado en el que llegaría.

Cuando entró a la escuela supo que su mal día apenas comenzaba. Todos los alumnos estaban en fila bajo las galerías, siendo metódicamente reprendidos y amenazados por el director. No entendía bien qué sucedía hasta que se acercó a una de las profesoras de literatura, la más joven de ellas.

–Encontraron algo en el baño de varones, pero no sé qué será. –le dijo al oído.

Barajó distintas opciones. ¿Una botella de alguna bebida alcohólica? ¿Un arma? ¿Alguna revista prohibida?

No lo supo porque, según el director, aquello era demasiado vergonzoso como para decirlo en público. Pero según él, sabía que el culpable estaría temblando por su vida porque lo encontrarían.

Cuando entró al aula, luego de perder más de media hora de clase, escuchó al pasar lo que habían encontrado: un profiláctico. Con razón tanto escándalo.

Todos se miraban entre ellos, reprimiendo las risitas. De las chicas, algunas se reían en voz baja y otras sólo miraban por las ventanas, claramente avergonzadas por ese tema.

Dio la clase sabiendo que nadie le prestaba atención, todos estaban interesados en el tema del objeto encontrado en el baño.

Cuando salió al recreo, los murmullos seguían y ella se refugió en la sala de profesores, donde nadie parecía tomárselo a risa. Al contrario, el hecho era algo completamente inmoral. Sólo Mr. Bates parecía risueño por el tema. Por un instante, a Chanel le pareció tremendamente inmaduro, casi como sus alumnos, y después sin saber porqué le causó gracia también.

–Hacen demasiado escándalo por algo tan sencillo. –le dijo cuando ella se sentó a su lado–Son adolescentes, es obvio que estas cosas pasan.

–Pero es el colegio. –sentenció ella.

–Es un colegio con adolescentes. Y además, me parece bien que esos adolescentes conozcan formas de cuidarse. Después se rasgan las vestiduras cuando una chica aparece embarazada.

–Pensándolo así...puede ser. Pero de todos modos es un escándalo.

–Usted es muy correcta, por lo que veo.

–Soy como soy, Bates. –dijo lo suficientemente alto como para que el resto de los profesores escucharan. Él no dijo nada más.

Después se sintió culpable. Él tenía razón, era demasiado correcta pero así la había criado su padre y tenía razones para seguir así, viendo en lo que se había convertido su hermana. De repente se encontró pensando en ella, no tenía noticias sobre si su bebé habría nacido ya o no. Tal vez debería dejar de ser tan dura y aunque sea escribirle unas líneas.

Le dio una sonrisa a Bates antes de irse a su próxima clase y él le correspondió.

Cerca del mediodía, cuando se disponía a irse a su casa, el director le pidió que se quedara. Querían discutir sobre el tema y quería que todos los profesores estuvieran presentes. No pudo ocultar su fastidio, ¿qué iban a discutir? Se quedó sentada leyendo el periódico, esperando que se hicieran las 12 para que todos los profesores llegaran, hablaran y al fin la dejaran en paz. Cuando dieron las 12 en punto, la puerta se abrió y vio a Bates.

School Days with RingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora