School Days with Ringo

Días 17, 18 y 19

Nota: en este capitulo pasan pocas cosas, pero si lo ponía completo iba a ser XL. Mañana subo la paerte que sigue. 

Día 17 (mañana)

No había podido dormir nada. Una y otra vez lo recordaba y se moría de angustia y de deseo por algo completamente imposible.

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No había podido dormir nada. Una y otra vez la recordaba y se moría de angustia y de deseo por algo completamente imposible.

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Cuando entró a la escuela, la vicedirectora le cortó el paso.

–Miss Bradley, aquí tengo el examen de su alumno. Ya está corregido.

Agarró los papeles y vio un 10 en color rojo.

–Nos ha sorprendido, se ve que ha estudiado mucho. –dijo la mujer al ver su expresión de sorpresa.

–Sí....es buen alumno.

–Falta el examen de matemáticas, espero que también le vaya así. Ah, quería preguntarle una cosa...

La miró asustada. No sabía porqué sentía que todo el mundo sabía lo que había pasado y se sentía paranoica.

–¿Sí? Dígame. –se las arregló para contestar.

–¿Entre usted y Bates...pasa algo?

–Bueno...podría ser.

La mujer sonrió y le tocó un brazo.

–Me alegro mucho. Cuando anuncien el compromiso inviten, ¿eh?

Se alejó con la misma sonrisa de complicidad que a Chanel sólo la hizo sentir peor. "Compromiso". Qué mal sonaba eso.

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–¿Cómo te fue ayer? –dijo George, tratando de sacarse de encima a otro chico que insistía en pegarle por no devolverle un par de útiles escolares–¡Ay suéltame!

El chico se quedó cerca, riéndose, mientras George seguía diciéndole que las cosas se las había devuelto y que lo dejara de molestar. Y que su hermana le gustaba mucho. Eso último le borró la sonrisa al chico.

–¿Qué? –respondió Ringo, sin poner atención a nada de todo ese desastre.

–¿Qué te pasa? Pareces dormido. ¿Fue dificil ayer?

–Algo...

–¿Algo qué? –Paul se acercó, inflando un globo con su chicle–Hoy tenemos que ir a la casa de John.

–No tengo ganas...–respondió Ringo.

–Insisto, ¿qué te pasa? ¿Te dejó de cama el examen?

–¿O la profesora? –agregó Paul. Todos se rieron, Ringo sólo se puso de pie y se alejó, entrando a la escuela.

–Sí que está raro. –dijo George–Vamos a averiguar qué le pasa.

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Cuando entró al aula, todo era un descontrol, como siempre. Los chicos caminaban por arriba de los bancos, las chicas, en un rincón, leían en voz alta tests de las revistas para adolescentes, y de una punta a otra, volaban tizas y bolas de papel.