Pasaron minutos y McGee no producía ni un movimiento. Las esperanzas de sus amigos (en especial las de Gretch) se derrumbaron. Squirt y Gretchen comenzaron a llorar desconsoladamente. La pelinegra se acercó al chico y lo abrazó con todas sus fuerzas. Las lágrimas fluían por su rostro velozmente y caían sobre el pelimarrón.
-Todo esto ha sido culpa mía... lo siento, chicos... lo siento... McGee...- Decía entre sollozos. Una gota cayó sobre el moreno. McGee parpadeó levemente. Estaba vivo.
-¿Gretch...? ¿Qué ha pasado?
-¡McGEE!- dicho esto Squirt se acercó y se abrazaron.
Se levantaron. Escucharon el leve sonido de las aspas de un helicóptero. Miraron hacia arriba: Armand venía a rescatarlos.
-¡ARMAND! ¡ARMAND, ESTAMOS AQUÍ!- gritaron a coro.
-¡CAMPISTAS!- Armand les lanzó una escalera de cuerda para que subieran.
Una vez en el helicóptero, el pie grande y los campistas regresaron a casa sanos y salvos. Squirt se lo explicó todo a Armand mientras McGee y Gretchen platicaban sobre todo lo que pasó en esa aventura. Estaban sentados junto a la puerta admirando el paisaje. McGee rodeó a la chica con su brazo y la miró fijamente.
-Menuda aventura, ¿eh?
-Ya- dijo el niño entre risas- Esto... Gretch...
-¿Qué?
-Gracias por todo.
-¿Todo lo qué?
-Haberme salvado, rescatado y revivido.
-No hay de qué- dijo sonriéndole.
-Ya llegamos, chicos- anunció Squirt
Se bajaron todos. Los monitores dieron la bienvenida a nuestros amigos y se organizó una fiesta.
-Gretch, ¿puedes venir? Quiero darte una cosa.
- Claro.
Se colocaron en el centro de la entrada del comedor; cogió un micrófono y dijo:
-Atención todos, por favor- la música se detuvo y todos los integrantes del campamento miraron expectantes al "escenario", en silencio-. Gracias. Quiero entregarle esta medalla a nuestra pequeña espía en honor a la lealtad y astucia con la que ha completado esta misión. Me enorgullece entregarte esta medalla al haber conseguido que nuestros campistas regresaran a salvo. Gretch, enhorabuena.
Todos aplaudieron llenos de alegría, en especial McGee, que silbaba y gritaba como loco. Gretchen bajó del escenario y se acercó a él.
-Felicidades, espía.
-Gracias, pero no lo habría conseguido de no ser por vosotros- se abrazaron. Se reunieron todos y elevaban a esta hermosa pareja gritando el clásico "¡HIP, HIP, HURRA!
Media hora después, el chaval cogió a la chica a hurtadillas y se la llevó de la fiesta.