Capítulo 10

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   Gretchen se levantó dolorida y vio a McGee tumbado en el suelo,pálido, ensangrentado. Ella admiraba el cuerpo semimuerto de su mejor amigo que derramaba sangre a través de un profundo corte en el estomago. Delante de él, la figura de Clayton que reía de forma maligna y que sostenía el colgante de la reina Cleopotra en la mano  y en la izquierda un revólver plateado apuntando hacia ella.
   Con sus últimos esfuerzos, McGee se levantó para recibir el disparo que iba para su amiga y una bala le atravesó el cráneo. Gretchen abrió los ojos con miedo y grito del dolor que sentía al admirar aquello.
–¡NOOO!¡McGEEEEE!
   La pelinegra se levantó produciendo un pequeño grito que para su suerte, nadie escuchó. Estaba sudada y verdaderamente asustada; sola. Unos traviesos rayos de luz se aventuraban a entrar en esa tienda. Miró a todas partes en busca de su mejor amigo.
   
   Salió a fuera a tomar el aire y relajarse ya que estaba hiperventilando. Observó al pelimarrón sentado en una roca...¿hablándole a la luna? Sigilosamente se acercó a él.
– ¿Qué hace?¿Con quién está hablando?– se preguntaba Gretchen.
– Espero que puedas escucharme. ¿Estás ahí? Sé que puedes oírme y... lo siento–justo ahí, sopló una débil y cálida ráfaga de viento–;nunca llegué a despedirme.Sé, también, que hace mucho que no hablo contigo pero quiero que sepas que tenías razón. Me ha ido mucho mejor. Ahora tengo unos nuevos amigos y ya no estoy solo.   Y no creo que lo vaya a estar nunca más. Recuerdo las noches de luna llena como esta y de nuestras conversaciones y... gracias...
  
   Dejó de hablar. La muchacha se acercó a él y pisó una rama, lo cuál la delató.
–Eh... esto... hola...– dijo tartamudeando.
–Buenas noches; ¿me estabas espiando?– dijo McGee, que no borraba su sonrisa.
–¿Yo? ¡NO! Simplemente no podía dormir.

   Decidió no contar su mala experiencia y se situó junto a él.

–¿Con quién hablabas?– Gretchen rompió el silencio.
–O sea, que sí me espiabas...
–Bueno sí... pero no me cambies de tema.
–Está bien– McGee alzó la cabeza y miró a la luna–, verás; hay algo que no te he contado... Cuando tenía seis años, mi abuelo murió. Todavía era muy chico y no entendía ciertas cosas pero, antes de morir, tuvo que viajar por no sé que cosa. Yo estaba enfadado porque pensaba que nos abandonaría y no quise despedirme. Un día después, le dijeron a mis padres que el avión se estrelló. Desde entonces, le hablo cada noche de luna llena.
–Lo siento, no sabía...– antes de que ella acabara, él le interrumpió.
–No pasa nada; gracias. Una pregunta... ¿Tú... tú sientes algo por mí?
   McGee estaba avergonzado de lo que acababa de preguntar; no obstante, Gretchen le respondió.
–Bueno, eres mi mejor amigo; contigo he aprendido muchas cosas y te he contado otras que no saben ni mis padres. Te aprecio como amigo
   Eso le dolió pero al mismo tiempo, le gustó. McGee rodeó a la chica con su brazo. Estaban muy juntos; sus labios estaban a punto de rozarse. Ellos cerraron los ojos. Algo extraño había en el aire. Un sentimento rodeoba el ambiente pero un ruido fastidió el mometo y les hizo darse cuenta de la situación. Se separaron bruscamente.
   Se levantaron y fueron a la cama. Lo que no sabían era que Clayton les estaba observando en la oscuridad...

    BUENO, AQUÍ TIENEN SU ANSIADO CAPÍTULO; DISFRUTEN Y SI LES HA GUSTADO, YA SABEN LO QUE HACER. CIAO.

Mcgretch: ¿Gretchen, espía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora