Punto de inflexión

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- ¡Liva! ¡Liva Gyllenblom! ¡¡DESPIERTA!!

Una voz aguda y enfadada gritaba justo a mi lado y de pronto sentí que algo me golpeaba fuertemente un lado de la cara repetidamente.

- ¿Qué pasa? -pregunté aún medio dormida.

- ¿Que qué pasa? ¡Que te has dormido! Te has perdido la comida, es más de medio día. ¡Y te estaba buscando por todas partes! Vamos a llegar tarde a la salida a Hogsmeade por tu culpa. -Shaila estaba bastante enfadada, por lo que decidí darme prisa en vestirme y salí pitando detrás de ella.

-Creo que anoche me pasé con la poción para dormir -le dije a Shaila con tono inocente cuando llegamos al patio donde estaban reunidos todos los alumnos que iban a Hogsmeade. 

Los más pequeños, de tercer curso, parecían muy emocionados. Cuando llegamos al pueblo, no pude más que maravillarme con la cantidad de lugares que había para visitar. Compré varias bolsas a rebosar de dulces para mi hermano en Honeydukes, una recordadora para mi abuelo pues cada vez tenía peor la memoria, una vuelapluma plateada y verde lima para mi madre, y para mi padre compré una pequeña planta carnívora de apenas unos 10 centímetros de alto, que cuando creciera llegaría a medir casi dos metros. Después de casi toda la tarde de compras y con los dedos de las manos y los pies completamente congelados, Shaila y yo decidimos entrar en Las Tres Escobas y tomarnos una cerveza de mantequilla. 

-Te lo dije, este sitio es genial. Y ya verás cuando tu madre vea la planta carnívora, seguro que te envía un vociferador.

En eso Shaila tenía razón, estaba segura de que a mi padre le encantaría, pero hubiera dado cualquier cosa por poder ver la cara que ponía mi madre. Degusté la cerveza de mantequilla, relamiéndome. Estaba realmente deliciosa y templaba el cuerpo. Estaba resultando una tarde de lo más agradable, hasta que vi a alguien que entraba y se sentaba junto a la barra. El corazón se me aceleró de los nervios cuando distinguí sus ropajes negros y su larga capa.

- ¿Has visto quién ha entrado? -preguntó Shaila con una sonrisa burlona.

-Pues claro que lo he visto. ¿Qué crees que hace aquí?

-Buscar hipogrifos... ¿qué va a hacer en una taberna? ¡Tomar algo! -bien pensado, la verdad es que la pregunta había sido bastante estúpida. -Parece que Rosmerta le conoce bien.

-Tal vez sean amigos. -Me encogí de hombros, dando otro trago a mi cerveza de mantequilla.

- ¿Quién puede ser amigo de Snape? -Shaila me miró y yo alcé una ceja -Ah, claro, a ti te gustaría serlo... Igual hay más chaladas como tú por el mundo. -Sonrió de oreja a oreja.

- ¿Llegas a ver qué es lo que le ha servido? -pregunté curiosa, intentando estirar el cuello para ver mejor, pues estábamos en las mesas más alejadas, a su espalda.

-Creo que un Whisky de Fuego y... eh...

- ¿Qué pasa? -Estiré más el cuello, empujando a Shaila hacia un lado, y pude ver la escena claramente. La camarera estaba apoyada sobre la barra, inclinada hacia delante y mostrando descaradamente un escote mucho más que generoso. La punzada, sin embargo, llegó cuando vi al profesor Snape bajar la mirada hacia él y continuar coqueteando tranquilamente.

-Pues igual sí que son amigos... -comenzó a decir Shaila cautelosamente. -Muy buenos amigos, por lo que se ve. Demasiad... ¡Ay!

Le asesté un codazo para que se callase. No quería oír lo que ya había visto. Desde luego, el mazazo de ver a Snape con otra mujer había sido mucho más fuerte después de haberme hecho ilusiones como una tonta.

✔️ Liva - parte 1/3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora