Ocho

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Seokjin.

Me encontraba en una mesa vacía para dos con NamJoon.
Agradecía su paciencia, esperó hasta que el restaurante se vaciara y ahora nos encontrabamos teniendo algo así como una cena en mi propio negocio. Porque también había esperado a que le cocinara algo rico, para mi suerte NamJoon era un glotón.

Apenas había llevado la comida a la mesa y Nam ya se veía ansioso por comerla.

—¿Puedo comer ya, chef? —dijo observado su carne, ya con los cubiertos en mano y con mirada impaciente.

—Um, no. —sonreí tiernamente y él siguió rogando, poniendo cara de cachorrito abandonado.

En realidad me hacía caso, el chico rudo era obediente, curioso.

—¿Ya puedo?

—Nop. —volvió a hacer un puchero y sentí mi corazón derretirse—. Bueno, ya puedes.

Soltó un "¡Sí!" victorioso y volvió a agarrar sus cubiertos, en unos pocos segundos ya parecía una ardilla alimentándose gracias a la cantidad de comida que se había metido. Soltó un gruñido y sus ojos brillaron al mirarme.

—Jin, ¡está buenisimo!

Negué con los ojos cerrados, siendo modesto, aunque en realidad me gustaba que elogiaran mi comida.

—¡Lo digo en serio! —se metió más comida a la boca y hablo con la boca llena aún—. Podría besarte.

—¿Qué dices? —me reí por los cosas que decía y me removí en mi silla.

—Es que... —soltó otro gruñido mientras cerraba los ojos, demasiado tierno, help—. ¡En serio! ¡ven por tu beso!

Fruncí el ceño enormemente y no me moví de mi posición, pero para mi buena, o mala suerte, estábamos lo suficientemente cerca como para que le bastara con levantarse e inclinarse para atrapar mi mejilla en un beso que exagero en tiempo y al soltarme dijo un "¡mua!" y siguió comiendo, yo luché por bajar la cabeza para que no viera mi rubor.

—¿Jin? —me sacó de mis pensamientos.

—¿E-eh? ¿Qué paso?

—Pareces un tomatito. —rió dulce poniendo su mano cubriendo su boca, me acerqué para golpearle no tan fuerte—. Ya, ya, no te pongas así.

—Oye, ¿y mi Kookie? —dije acordandome de repente, preocupado.

—Se lo encargué a mi amigo, no te preocupes, seguro lo cuida bien. -rodó los ojos, despreocupado.

Cambié mi expresión a una de enojo, ladeé la cabeza y lo mire con los ojos entrecerrados, él me imitó.

-NamJoon... -dije en un tono como cantando.

-SeokJin... -me imitó, de nuevo.

-¿Seguro que estará bien?

-Seguro. -me sonrió-. Además, ya está grandesito, no es un bebé.

-Pero... -estuve a punto de contradecirlo, hasta que me interrumpió.

-Pero nada, ahora come que tu comida está buenisima. -sonrió, dejando a la vista sus hoyuelos, ay, sus lindos hoyuelos.

No comí mucho, él devoró bastantes platos, cosa que claro me alegró. Cuando acabamos solo bebíamos vino tinto y platicabamos de cualquier cosa, soltando un par de bromas y chistes verdes, en veces.

-¿Jin? -lo miré interrogativo-. ¿Me consideras guapo?

-Nam... -reí nervioso-. ¿Qué cosas dices?

Chef ҂ NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora