Capitulo 1

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El sonido del despertador obligaba a Leonardo a abrir los ojos y despertar de su placido sueño, envuelto en sus sábanas blancas daba vueltas intentando ignorar el molesto sonido, tomo su almohada y la lanzo con dirección al molesto despertador sin conseguir ningún resultado. Después de 10 minutos de resistirse al fin tomo fuerzas para levantarse aun con expresión soñolienta. Observo su alrededor buscando su calzado deportivo que se encontraba debajo de su camisa blanca usada el día anterior. Atravesó su amplia habitación que solo tenía su cama frente a su escritorio el cual contenía su pantalla de televisión a un lado de su consola de videojuegos, encontrándose frente a su closet lo abrió para tomar la vestimenta que usaría ese día, le era muy fácil encontrar su ropa en su ordenado closet, camisas en ganchos, playeras perfectamente dobladas en el nivel inferior junto a sus jeans y sus distintos calzados en el suelo del mismo, tomo una playera blanca junto con sus jeans azules y su clásica chaqueta negra que tanto le gustaba. Salió de su habitación para bajar las escaleras de madera que estaban frente al cuarto de sus padres y así llegar al primer piso de la casa. Entro en el comedor apreciando la mesa de madera y las sillas barnizadas del mismo tono caoba que solo era cubierta por un mantel blanco que hacia juego con la cocina y sus detalles en mármol blanco. Sus padres y hermana menor ya estaban desayunando cuando el llego, su madre estaba en la cocina aun haciendo el desayuno para todos, para Leonardo su madre era una de aquellas mujeres que aun conservaban su belleza a pesar de la edad, 1.70 de piel clara, cabello corto con ojos de un tono café oscuro, su padre que ya estaba comiendo le dio los buenos días.

- Buenos días Leo

- Buenos días

Su padre un hombre de semblante rudo y varonil, 1.85 de altura y robusto preso de la edad y el trabajo que no le permitía hacer ejercicio.

- Buenos días Dulce

Leo saludo a su pequeña hermana sin esperar que regresara el gesto dado que nunca se habían llevado bien pero para su sorpresa ese día si contesto.

- Hola

Más que un saludo era un gruñido por parte de ella.

Su hermana era lo que se podría decir una adolescente rebelde de 16 años, vestía siempre de colores oscuros y usaba perforaciones en su rostro aunque solo en su ceja y labio, algo que no le agradaba mucho a sus padres pero toleraban, su maquillaje era ligero pero llamativo, negro sobre sus ojos y rojo en sus labios, a pesar de ello era una joven muy bella que lucía una cabellera larga y oscura con facciones muy finas pero su mayor atractivo eran sus ojos azules de un color muy intenso.

Para muchas personas Dulce y Leo se parecían en extremo aunque a ellos no les gustara esa comparación, pero no cabía duda que los dos era muy parecidos a pesar de tener el 18 años, Leo era alto casi tanto como su padre apenas unos centímetro por debajo de él, lucia fuerte gracias al ejercicio que practicaba, un rostro muy fino con facciones definidas como su hermana pero a diferencia de ella los ojos de Leo eran de un color verde aunque igual de intenso y su cabello un poco largo y desarreglado.

Leo de acerco a su madre dándole un beso en la mejilla.

- Buenos días María

Dijo en tono de broma.

- No seas irrespetuoso

Contesto su madre con un tono alegre entendiendo la broma.

- No le hables así a tu madre Leo

Replico su padre desde la mesa.

- Entiendo

El tono de Leo cambio súbitamente por uno más serio y respetuoso.

No pude evitar amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora