Los monstruos viven en la superficie.
Tu eres la protagonista. Un día conoces a Frisk y a los hermanos esqueleto, tu vida se hace más alegre e interesante y uno de los hermanos llama tu atención más de lo que debería.
❌ Los personajes de Undertale n...
En estas últimas semanas he podido abrirme un poco más a mi nueva familia, poco a poco he dejado de tener miedo a quererlos.
De algún modo se que puedo contar con todos ellos, todos ellos me dan confianza. Esta vez no perderé a nadie.
Madre, padre, Richard.... Pueden estar tranquilos.
Narrador
En las últimas semanas habías entrenado a Frisk, todo iba bien, su condición física mejoraba, Sans nos acompañaba de vez en cuando, pero solo observaba.
El día de hoy habías terminado la sesión de entrenamiento y te disponías a volver a casa cuando cierto esqueleto te propuso una salida.
Sans: ___ quiero que vengas a un lugar conmigo ¿aceptas?
___: claro.
Sans: bien, conozco un atajo.
*¿¡atajo?!*
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
___: espera, cambie de opinión-
Tomó tu mano y aparecieron en un restaurante lleno de monstruos mientras te acompañaba un mareo que era consecuencia del "atajo" de Sans.
Sans: bienvenida a Grillby's
___: ¿era necesario el atajo? -llevas una mano a tu cabeza-
Sans: si, este lugar está bastante lejos, como a dos días de la ciudad.
___: ¿¡qué?! ¿¡Dos días?!? ¿Es una broma verdad?
Sans: lamento decepcionarte, pero no. Sígueme.
Ambos se sentaron en la barra
Sans: vengo muy seguido a éste lugar.
___: ¿por qué? y ¿dónde estamos exactamente?
Sans: estamos en un pueblo que esta cerca de la capital y sobre todo cerca del monte Ebott. Fue aquí donde empezamos a vivir con los humanos. Bueno ¿qué se te apetece?
___: .....una hamburguesa.
Sans: Grillby, una doble ración de hamburguesas.
El monstruo de fuego elegante les sirvió las hamburguesas.
Sans: ¿quieres ketchup?
Tú sabías perfectamente que a Sans le gustaba el ketchup.
___: no gracias, toda tuya.
Sans: genial.
A tu mente vino un mal chiste que Sans había dicho hace días a la hora de la comida.
