11

9 0 0
                                    

Esteban dispara la flecha de su Ballesta, Los guardias observan mientras disparan como aquella flecha de madera avanza hacia la criatura...

Y se entierra en su ojo.

El balor está moviéndose sin cesar, la flecha se enterró en su ojo y más, casi desapareciendo en la carne de este.

El monstruo está tambaleándose, chocando sus brazos contra las piedras y haciendo retumbar el suelo de los guardias, todos los que están en las piedras se agachan para sostenerse de algo y evitar una caída de siete metros...hasta que el Balor cae al suelo.

Se siente un temblor en el frente de la caravana, como si algo enorme hubiera caído. James Lewis sonríe al sentir el suelo retumbar, como si supiera quién mató al Balor.

Los guardias se levantan y miran al animal gigante en el suelo, ven los agujeros en la piel de la criatura pero saben que ningún disparo pudo haberlo hecho...más que el de una flecha de madera.

James mira al chico que está a su lado, él sigue agachado y con su Ballesta de mármol oscuro en su mano.

Esteban se levanta lentamente, tratando de no tropezarse y caer por siete metros de altura, al levantarse mira lo que hay en el suelo,lo que todos los guardias observan como si fueran los restos de un milagro.

En la noche, después de que la caravana avanzó dos decenas de kilómetros de las landas apedreadas sin preocupaciones, deciden pasar la noche en lo que parece una larga extensión de ruinas de piedra, formando una defensa en círculo para esta vez en lugar del rectángulo que formaron la noche anterior.

El cazador observa algo en una de las carrozas, una bolsa enorme, húmeda y de color negro, bebe un sorbo de té cuando mira a Esteban del otro lado, bebiendo un tarro de cerveza stout y halagado por cada hombre y mujer que pasa.

Esteban está sonriendo mientras bebe su cerveza, algo fuerte para su gusto pero es la mejor bebida que ha tomado en meses, desde que lo corrieron de un bar en Nueva Alba por haber propagado el plan del viaje a cada borracho.

El cazador mira a su lado, Lizzy está sonriendo, observando a su amigo disfrutar de la vida con algo de música de guitarra y flautas dulces, Lizzy observa al chico que es saludado por cada persona que pasa, recuerda la primera vez que lo conoció, no hace mucho. al salir de la estación de viaje de Nueva Alba al no encontrar viajes disponibles hacia el puerto de San Cristobal ella estaba caminando hacia su casa, hasta que chocó contra aquel hombre joven que escuchó toda su plática con el vendedor de boletos y sus quejas por la falta de estos. el la convenció de que fuera a este viaje peligroso y le ofreció un apretón de manos para cerrar el trato, negándose por apenas haberlo conocido..

sin embargo en estos dias que lleva con él y los anteriores antes de viajar, se ha encariñado de él, a pesar de comportarse como un niño varias veces y comprar una ballesta mucho más barata que la suya.

Lizzy detecta un olor fétido en el aire, como si algo se estuviera pudriendo, no sabe que es hasta que voltea a mirar lo que hay detrás suya. Lewis reconoce ese olor...para él es el olor de la victoria.

—La cabeza del Balor está comenzando a pudrirse Lizzy, mañana en el camino la voy a disecar.

—¿Porque los hombres están tan obsesionados con cortar cabezas de monstruos?.

—Porque todos quieren que el mundo sepa que mataron a uno de ellos, mira a Saenz, "Esteban Martirio Aunchstin Sáenz, Cazador de Balor".no muchos matan a un Balor y menos con una sola flecha en el ojo, eso merece una celebración.

Lizzy sigue sonriendo, mirando a su amigo celebrar y entendiendo el amor por las cabezas cercenadas, a pesar de aquel olor repugnante.

Algo llega a su cabeza, recuerda haber leído una novela antigua, sobre un barco pesquero que cazaba a una ballena blanca o algo asi, recuerda también haber leído varios cuentos antiguos, sobre cómo la gente de hace mil quinientos años cazaba con arcos y flechas y caballos, con solo los lobos como depredador máximo.

—Oye James...¿Porque en los libros antiguos no dicen nada sobre los Balor?.

—Hay niña, ¿No te enseñaron en tu clase de historia?.

—Se que los bestiales llegaron de portales hace siglos, pero solo aparecen ellos en la historia.

—No es cierto niña, aparecen ellos porque eran, y son, el mayor enemigo del hombre.

—¿Pero y las demás criaturas?,¿Las de la naturaleza?.

—Ellos llegaron después de que el portal del infierno se abriera hace cuatrocientos años, dejando salir a los bestiales y a todos los animales de esta época...Cuando sales al exterior, ¿ves las parvadas de pajaros vierflujel?.

—Los pájaros más hermosos que he visto en mi vida.

—Hace cuatrocientos años no existían aquí, hasta que se abrieron los portales, los antiguos gobernantes pensaban que todo era letal y peligroso, y si, los bestiales lo eran y lo son, los balor lo eran y lo son, y todos los demás depredadores lo eran y lo son, pero asi como llegaron las bestias...–Saca una foto de su chaqueta.–también vino lo mas hermoso.

James muestra la foto a la chica, en ella hay una mujer de cabello gris con piel grisácea clara y ojos azules, en un valle lleno de hongos del tamaño de un árbol y un león cavernario con una silla de montar.

—Ella es mi esposa Makihsa, le digo Maki de cariño, ese es el león cavernario de su familia, Mingo, parece mas perro que gato...el punto es, que yo no creo que lo que se abrió hace años fuera la puerta al infierno...tal vez la de los bestiales pero...todo lo demás que llego...yo lo veo más como un suceso inesperado, que trajo lo bueno y lo malo....asi como trajo muerte, destruccion y caos a su tiempo...también trajo divinidad...

Lizzy observa la foto, piensa que la mujer que está en la foto es hermosa, al igual que el león cavernario y los hongos gigantes en ella.

—Además...si solo se cazaran osos y lobos, el mundo sería una verdadera mierda.

James guarda la foto en su chaqueta y se levanta, estira su cuerpo como si hubiera estado sentado por cinco días y camina a otra fogata.

—¿A dónde vas?.–Pregunta Lizzy.

—Al baño primero, o un lugar privado primero, y después voy a comer, hay como veinte toneladas de carne de Balor, eso no se va a comer solo...te voy a traer un plato en cuanto acabe mis necesidades fisiológicas y me lave las manos te traeré un buen filete.

James se retira, Lizzy mira como su mejor amigo se aleja hasta desaparecer de su vista.

Ella sigue pensando en la foto que le mostró, piensa que a pesar de los grandes depredadores que habitan estas tierras, las decenas de bestiales que tiene que ver cada noche o las sorpresas inesperadas y desagradables que se puede llevar y se ha llevado en su camino...

Piensa que hay un millón de razones para amar el nuevo mundo.

GALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora