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Los toros ciegos arrastran las carretas más rápido, como si los animales sintieran el peligro inminente, caminan hasta pasar entre dos muros de piedra destruidos.

Los viajeros se reúnen en aquellos muros, algunos están en lo alto de estos, disparando sus rifles semiautomaticos a lo que se está acercando desde el lago.

James y Laneto están en medio de la plaza junto a otros cinco viajeros esperando a los hombres restantes, disparando a lo que se acerca poco a poco, algunos viajeros se quedan con el grupo del centro, mirando y disparando a la criatura más temida y odiada por el hombre.

Bestiales, Decenas de criaturas se acercan desde las montañas y el lago, criaturas albinas con dos brazos y dos piernas volteadas, sin cabello y sin ojos, unos grandes y fuertes como un gorila, otros del tamaño de un hombre, con una boca llena de colmillos, sin nariz más que dos agujeros respiradores y una cabeza llena de cuernos, donde deberían estar los ojos hay tres puntos azules en cada lado...
Decenas de ellos corren en cuatro patas hacia los viajeros.

James apunta su rifle y dispara una bala al cuerpo de un bestial cercano, este no se inmuta, la bala le dio en la piel de la espalda, no es hasta que Laneto dispara a su cabeza, haciendo que la criatura caiga y ruede, sin volver a levantarse.
-Recuerden, piel dura cabeza blanda.
James mira a su amigo tirador, este sigue disparando contra las criaturas que se acercan, los bestiales están más cerca cada vez y los disparos no son suficientes como para repelerlos.
Un bestial salta al techo de una choza y cae encima de uno de los viajeros, con sus garras empieza a despedazar su pecho, arrojando sus ropas, piel y sangre a todos lados, dos viajeros y James sacan sus espadas alfanje y comienzan a cortar a la criatura, uno de los viajeros entierra de un golpe su espada en la cabeza del monstruo, matandolo al instante pero sin poder salvar a su amigo en el suelo.
-¡Tenemos que retroceder!.
-¡Corran al muro!.
Los hombres siguen corriendo,acercándose más a la zona segura o por lo menos más segura que el lugar donde están, escuchando los gruñidos de los bestiales cada vez más cerca.

El cazador está en la entrada del muro, apuntando y disparando sin parar junto a varios viajeros, algunos están encima de los muros, disparando a los bestiales más lejanos. Lewis observa con su mira como un bestial salta encima de un viajero en el grupo lejano y lo lleva dentro de una choza, sabe que es el fin para él, no tarda en apuntar y disparar otra vez, matando a un monstruo de un solo disparo en la cabeza, vuelve a hacerlo, y lo vuelve a hacer, demostrando que tiene ojo de aguila y precisión de Odiseo.

El grupo llega a la caravana mientras las balas de sus compañeros los protegen de lo que quedo atras.

James voltea, mira los bestiales que se acercan desde la antigua presa y las montañas, podría afirmar que son más de cien los que se acercan, no tarda en disparar a las criaturas más cercanas, errando tres tiros y acertando uno a la cabeza, dispara más veces hasta que se acaba su cartucho, acabando con otros tres.

-¡Replieguense!.-Dice el guía mientras sube a una elevación de piedra.-¡A la elevación! ¡Los contendremos ahí!.

Los hombres comienzan a retroceder hacia la elevación de tierra, los más cercanos suben por los lados de las montañas y los más lejanos bajan de los muros, uno de ellos cae de lo más alto, no por un mal paso sino por la criatura que lo embistió de un salto y lo llevó hasta el suelo para destriparlo, no es la unica, varios bestiales se asoman por los muros, algunos caen de un tiro en cuanto su cabeza deja de ocultarse en la piedra y otros saltan en medio de los viajeros, uno de ellos corre hacia Lewis, quien saca un hacha de su espalda y recibe a la criatura enterrando el arma en su cabeza tres veces, esta ni siquiera tuvo tiempo para soltar un zarpazo.
Un hombre más está luchando contra los bestiales, sólo con alfanje, el héroe Guillherme, uno de los hombres más valientes de Nueva Alba, esquiva los zarpazos de un bestial y luego entierra su espada en la nuca de este, la desentierra y corta su cabeza de un golpe, después saca su ballesta y dispara una flecha de hierro al pecho de otro, la flecha lo atraviesa y su punta sale por el otro extremo atravesando su columna y aniquilandolo. Mira  la entrada del muro mientras recarga su ballesta, ve los bestiales acercarse desde la montaña y la presa, jurando que son un centenar de ellos.
James, Laneto, el cocinero y dos hombres más son los últimos en subir a la elevación de piedra mientras que el resto dispara a las criaturas que llegan, están a punto de cruzar la subida de la izquierda cuando tres bestiales llegan de la montaña y se colocan cara a cara con ellos.
Los viajeros de la elevación no han notado la presencia de las bestias, la ayuda no llegará para los cinco, James sabe que tiene que hacer algo rápido antes de que las criaturas decidan atacar.
James dispara varias veces a las bestias, cerrando sus tiros a la cabeza pero logrando darles en el pecho y el resto del cuerpo. Las criaturas no tardan en hacerle caso y caminan hacia el,  merodeando y saltando para atraparlo, James logra agacharse a tiempo antes de que la criatura arrancará su cuello de un mordisco, este corre hacia la montaña, subiendo las piedras poco a poco con el trío de monstruos pisando sus talones.
Tres bestiales más tratan de alcanzarlo por otro lado, ahora son seis monstruos los que debe evitar.
Algunos viajeros tratan de ayudarlo mientras sigue subiendo, disparando sus balas y flechas y matando a uno que otro bestial.
James sube casi arrastrándose hasta llegar a un sendero plano en la montaña, se levanta y dispara varias veces a las criaturas que siguen subiendo. Matando a dos de ellas de un tiro a la cabeza, casi todos cayeron por las balas de sus amigos, salvo uno de ellos, James dispara, dándole en el hombro izquierdo, arrancando uno de sus cuernos y rozando la piel de la cara con una bala, quiere volver a disparar, esta seguro de que el siguiente disparo será en su cráneo...

Las balas se terminaron.

La criatura está a poco o nada de subir y una más se acerca del lado de la presa, escalando y tropezandose en las piedras. James saca su espada pero sabe que no podrá contra dos de ellos, no con el filo de su metal.
Corre hacia el otro lado del sendero, las criaturas corren hacia él, lo sabe por el sonido de las pisadas pesadas,  sigue corriendo hasta que llega al borde del sendero, como si el resto del camino nunca había sido construido, a su lado hay un agujero enorme de una tubería, jura que ahí cabrían por lo menos dos carrozas, quiere entrar ahí y ocultarse pero la oscuridad es demasiada y no está seguro si podría atacar a ciegas con su espada.
Mira detrás suya, las criaturas están mirándolo mientras gruñen y caminan hacia él, su corazón palpita mil veces por segundo y su espada tiembla por sus manos.
Los bestiales están a poca distancia de el y a menos de la tubería oscura, si antes había una posibilidad de escapar por ahí desapareció hace un segundo...
Los bestiales siguen avanzando hasta que algo los hace retroceder, uno de ellos retrocede como si fuera obligado a hacerlo...

O más bien arrastrado.

Algo agarro al bestial de la pata y lo lleva a la tubería, James no puede ver que es lo que se lo está llevando, sólo sus movimientos bruscos.
Uno de los bestiales es llevado a la oscuridad de la tubería, esa por la que iba a entrar hace unos segundos, mira como la otra trata de escapar, chillando y rugiendo, arañando el suelo con sus garras de hueso. James nunca había visto algo similar, es la primera vez que ve al enemigo del hombre temerle a algo. Otro bestial llega, asomándose del otro lado del sendero, mirando como sus compañeros de manada son llevados a la oscuridad total.
Las criaturas desaparecen entre gritos y rugidos, James sólo observa la oscuridad de la tubería, escucha como aquellas dos criaturas chillan mientras algo las hace sufrir. Se escucha un sonido horrible, James lo reconoce, es el sonido de algo destripando.El hombre no tarda en correr hacia la caravana, mira al otro bestial, el animal solo lo observa por unos segundos y  empieza a correr hacia la presa.
Algo se escucha debajo de la montaña, sonidos de explosiones sin cesar, James sabe que han ganado la batalla, ese sonido proviene de una ametralladora grande, sacada de una carroza. James no tarda en caminar cuesta abajo, apresura el paso mientras mira el agujero oscuro que está detrás.
Lo que sea que ocurra dentro del tubo, no quiere saber qué cosa es capaz de asustar al mayor enemigo del hombre.

GALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora