-Nunca nadie me dirá "gorda" o "rara" nunca más, estoy cansada de gritar en silencio, estoy cansada de vivir siendo la incomprendida de mi familia. -Dije haciendo el primer corte en mi muñeca.
Comenze a cortarme a los 12 años lo hacia cada noche sin falta, cada día era más satisfactorio cortarme, lo hacia profundo y eso me encantaba.
-¿Que creen? prefiero morirme a seguir viviendo está mierda.
Decia susurrando mientras estaba sola, sentada en una esquina del baño viendo como mi muñeca sangraba y haciendo más y más cortes.
-¿Estas ahí? -Está era mi mamá el prospecto perfecto de una mujer exitosa y bien parecida, siempre quería que yo fuese igual que ella, no entiende que nunca seré esa clase de chica que se desvive por un labial o por ser bien parecida al ojo de los demás.
-Si mamá, en un segundo salgo.
-Está bien, no tardes.
Lave mi cara como de costumbre y trate de tapar mis cortes con las mangas de mi suéter, dolía, ardia pero no importaba con esto por lo menos era feliz unos cuantos segundos. salí del baño y corri a la sala de estar.
Nunca me imagine ver a aquella persona sentada en mi sillón, la persona de la cual dependi unos años atrás y que por cuestiones de "popularidad" y "aceptación escolar" me dejó sola en medio de todas esas personas que trataban de hacer que yo fuese su víctima.