-¿Por que lo haces? -repetía.
-No lo hago yo.
-¿Entonces quien?
-Shhhhhh, pueden oirte. -Dije colocando mi dedo índice en su boca.
-¿Quienes?
-Ellas -Dije murmurando.
-¿Quienes son ellas?
-Callate o te harán daño.
-DIABLOS! Estas loca! -Dijo cerrando la puerta de mi habitación.
¿Por que no me cree nadie? ¿por que dicen que estoy loca? ¿acaso nadie las siente? ellas están ahi, siempre, con su sonrisa malévola como si tratarán de hacerme daño.
-YA VETE! -Dije gritando y agarrándome el cabello.
Yo podía oirlas, yo sabía que estaban ahi, no querían que me fuera, no querían que las dejará solas.
Se abrió la puerta de mi habitación, eran dos tipos de bata blanca y un médico algo adulto.
-¿Que hacen aquí? ¿me llevarán de una maldita vez? -Exclame sonando desesperada.
-Si. -Dijeron sacandome de la habitación.
-MALDITAS! POR FIN ME DEJARÁN SOLA! ESTARÉ FELIZ DE NO OÍRLAS! LAS ODIO! -reí como loca.
Oi como se burlaban de mi, como si dijeran "nunca estaras sola", como las odio.
-No se burlen de mi. -Dije pataleando.
-Adiós amor. -Exclamó mi madre besando mi frente y con una lágrima en su mejilla.
-LAS ODIO! DÉJENME! -decía sin parar.
Sentí como un pinchazo en mi brazo me dejo dormida y al cabo de unas horas desperté en una habitación blanca y deprimente.
¡ESPEREN! hay que comenzar por el principio, valga la redundancia.
No creo que entiendan asi que aquí comienza........