Capítulo 16: “La herencia Kyros”
No era precisamente un día para que Lysander hiciera una broma, pero me era imposible de creer que él sintiera el más mínimo amor por mí.
-Lysander, de verdad si es un juego…no estoy para jugar como puedes comprobar- le dije con tono cansado, mientras señalaba mis heridas.
-No es ningún juego Ale- me encantaba que me llamara así-. Es lo más serio que he dicho en mi vida, y lo más verdadero que he sentido nunca- su expresión era la más sincera que había visto en ese rostro. Acarició la parte interna de mi antebrazo.
Me estaba derritiendo por dentro. Una oleada de fuego recorría todas mis venas y terminaba en mi corazón, que amenazaba con explotar en cualquier momento. ¿Sentía lo mismo que yo? ¿Se había enamorado de mí? ¿Nunca había sentido nada igual? Ojalá fuera cierto.
-Pero…tú sigues amando a Anna- aparté sus dedos de mi antebrazo.
-¿A Anna? No sabes de lo que estás hablando- dijo molesto.
-Si me lo cuentas lo sabré y podré juzgarte correctamente- le pedí. Estaba deseando de saber qué era lo que realmente pasó con esa mujer que le hizo tanto daño y que murió de forma tan trágica en un accidente de coche.
Sacó la cabeza del coche y pasó alrededor del coche para dirigirse al asiento del piloto y sentarse mirándome fijamente a los ojos.
- A Anna la quise mucho, pero nunca como te quiero a ti, eso quiero que lo sepas. Ahora que te conozco a ti, sé que lo que sentí por ella se asemejaba más a un amor de hermanos. La conocí en la Universidad, me enamoré de su ingenuidad y de su inocencia, pero todo eso resultó ser después una gran mentira. Estábamos incluso pensando en comprometernos, pero una noche que salimos a cenar con unos amigos en un restaurante, dijo que se iba al baño. Tardó mucho y eso me extrañó, por lo que fui a buscarla- su cara cambió completamente, expresando un profundo asco- la encontré…manteniendo relaciones sexuales con uno de mis mejores amigos- noté dolor en sus ojos que seguían fijos en los míos.
- Lo siento mucho, debiste sufrir mucho…- le acaricié el rostro, deseaba consolarlo.
-Si, pero sufrí más cuando murió. Yo fui el culpable del accidente- volvió a recordar, esos recuerdos le producían arrugas de dolor en su perfecto rostro-. Después de sorprenderla en el baño, le dije cosas horribles, salió corriendo, cogió mi coche y, ya puedes imaginarte lo que sigue.
-Pero tú no tuviste la culpa Lysander, no querías que le pasara nada.
-Si la hubiera detenido, si yo…- le interrumpí.
-No quiero que vuelvas a pensar más en eso. Pasó y desgraciadamente no puedes hacer nada, fuiste un gran hombre con ella. No tienes por qué sentirte culpable. En todo caso, fue ella la que te engañó.
Se acercó y me rozó los labios, mientras metía sus dedos en mi pelo, acariciando mi nuca. Ese gesto hizo que despertara en mí ese mismo deseo de siempre, o incluso un deseo mayor, después de saber que él me amaba.
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Quisiera poder amarte
RomanceAlejandra es una joven de 23 años, que tras la muerte de su madre, se ha dedicado a cuidar de su hermana pequeña. Viajará a la isla de Santorini para ayudar a organizar la boda de su hermana mayor. Allí conocerá un nuevo mundo...y al hombre de su vi...