Quisiera poder amarte

Capítulo 21: "Promesas"

Capítulo 21: "Promesas"

Cuando nuestras respiraciones tomaron su ritmo normal, Lysander se incorporó, se vistió y me pasó mi ropa. Tenía el rostro tenso, parecía frustrado.

-Lo siento de verdad. Esto no debería haber pasado…y mucho menos así. ¿Te hecho daño?- dijo mientras se sentaba a mi lado, arrugando las cejas mostrándose culpable por lo ocurrido.

Me puse la blusa que me llegaba por encima de las rodillas. ¿Por qué se sentía culpable? Había sido suya, su mujer…la mujer más plena y feliz en sus brazos. ¿Culpa? Volvería a hacerlo mil veces más, a pesar de las consecuencias. Era mío y yo suya, así de simple.

Aunque era cierto que mis acciones habían sido muy violentas. Yo había parecido una bestia que necesitaba de su alimento para sobrevivir, y eso era Lysander para mí: el alimento que necesitaba para no fallecer.

-No me has hecho daño, al contrario, tú has sido muy delicado. Si existe alguien que tenga la culpa en todo esto, soy yo…me he comportado de forma brusca- sentencié convencida de mis palabras. Pero no podía evitar pensar en las consecuencias. ¿Un bebe de Lysander?

Miré su cuello y pude ver que tenía… ¿sangre? Levanté mi mano derecha y le toqué la herida, impregnando uno de mis dedos con su sangre. Se lo mostré.

-¿Ves?- comencé a decir triste-. Mira lo que te hice…lo siento muchísimo. No volverá a ocurrir- le prometí mirándolo fijamente a los ojos para convencerlo.

Esa promesa no era muy cierta, porque yo deseaba con todas mis fuerzas que volviera a ocurrir, pero pensaba ser más considerada esa próxima vez. ¿Tan posesiva había sido que hasta le había arañado con mis uñas en el cuello? Quizás le hubiera hecho daño en otras partes del cuerpo…Nunca imaginé en mi vida que sería capaz de volverme loca así por un hombre. Tanto deseaba ser suya, que hasta lo había herido.

Aunque tenía que decir a mi favor que los elementos que me habían rodeado aquella noche me habían incitado a amarlo, habían acrecentado mi deseo: aquella playa, el sonido de los fuegos artificiales, la luna que nos miraba riendo dándome su aprobación, las velas, su rostro sonriente, su piel, su aroma, su cuerpo…

Yo seguía mirándolo cuando él acercó su rostro al mío con una mirada que conocía bien, seguía con deseos de amarme. Al igual que yo.

-¿No lo entiendes? Quiero que vuelva a ocurrir…pero correctamente. Quiero hacerte el amor, pero usando protección- confesó Lysander con la mandíbula tensa. Su aliento al pronunciar esas palabras me hizo cosquillas en la cara. Cosquillas de deseo.

A pesar de lo osada que había sido al hacer el amor, mis mejillas se encendieron por la vergüenza. No tuve valor de contestarle nada en ese momento. Él tampoco habló. Simplemente se levantó y me agarró para alzarme en sus brazos. Comenzó a andar hacia la casa, ¿dónde íbamos?

Mi corazón daba unos latidos muy fuertes, unos latidos que empujaban a mi fuego interior para que saliera fuera. Un aura de deseo nos envolvía…y en el fondo sabía dónde me llevaba.