Enséñame a vivir. -le digo con voz temblorosa y ella me abraza apegando fuertemente nuestros pechos. Nunca le había contado mi pasado a alguien.
Somos cómo dos mundos destruidos de distinta forma pero compartiendo el mismo dolor.
...
-Nada, nada -responde rápidamente- anda,vamos a las carreras- dice Emocionada.
-¿Qué? no
No soy una chica tímida o que le da miedo ir a ese tipo de lugares, pero nunca me han gustado las carreras. En Seattle se escuchaban las carreras en la carretera, cuando llegaba la policía, las ambulancias, e incluso se escuchaban aveces unos disparos, es por eso que no me gustan o no me llaman la atención.
-vamos hoy Compite Ty, tenemos que ir a apoyarlo- ¿aún compite?- tenemos que ser buenas amigas e ir a darle nuestro apoyo y entusiasmo
-si vas sola tu podrías darle más que eso-me lanza una permita anti estrés en el rostro.-pensé que ya no lo hacia
-si, bueno, antes lo hacía por diversión y cierta rebeldía hacia la dulce señora White pero ahora necesita el dinero para sus gastos- la señora White es la madre de Tyler, es un amor de persona, pero es, o era muy sobre protectora con Tyler, se preocupaba en extremo por el. Tengo una teoría, la cual dice que la señora White se llevó el instinto maternal que le falta a mi madre.
-Vale,vamos -sonríe feliz -pero averigua a qué hora son
-enseguida jefa
...
Desearía tener esa vista... El edificio de enfrente tiene entre veinte y veinticinco pisos, por lo que se ve toda la ciudad y la costa, nosotras estamos en el piso siete de diez, no nos podemos quejar ya que de todas formas tenemos una buena vista, pero la de el edificio de enfrente es espectacular.
He estado esperando a que Ty y Cait se dignen a llegar, salieron a comprar hace más de treinta minutos y todavía no regresan. En todo este tiempo he estado recostada en mi cama, escuchando música por los parlantes y envidiando al dueño de la gran vista del edificio de enfrente. Estoy vestida con unos Jeans de mezclilla azul gastado con cortes por ambas rodillas, un sweater grisáceo claro, una chaqueta con corte hasta la cadera color gris oscuro y mis converse blancas. Algo más cómodo y más abrigado para la fría noche.
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como arte de magia suenan unas llaves y la puerta de la sala abrirse. ¡Aleluya!, ya estaba empezando a ver con otros ojos las vigas del techo.
-llegamos -Creo que los he invocado con la mente. Apago la música y salgo de mi habitación
-¿por qué tardaron tanto?-les pregunto entrando a la sala.
