Cap 18

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Narra Sam:

-cambia eso-le digo tratando de arrebatarle el control remoto de las manos.

-¿por qué?-levanta el brazo divertido.

-es aburrido-exclamo- ¿qué gran maravilla tiene ese deporte que a la mayoría de la gente el gusta?

-es un deporte importante-dice viendo atento a la televisión

-al igual que la gimnasia, natación, patinaje, entre muchos otros deportes, pero la gente no le da la misma importancia que ese, Y también son deportes importantes-es verdad, en la televisión pareciese que ese es el único deporte que importase, no solo aquí, sino que muchos otros países, ¿por qué no les damos la misma importancia?.

-por que muchas veces no les deja las mismas ganancias, o yo que se-dice distraído viendo la televisión.

-es injusto-me levantó del sofá-¿tienes alguna sudadera que me prestes? Esta helando- apaga la televisión quejándose. La sudadera que traía puesta se fue al tacho de ropa sucia.

-a la única persona que en medio de una tormenta no se le ocurre traerse una sudadera

-estaba pendiente de otras cosas-Esa es mi mejor excusa siempre. Entramos a su habitación y busca en su colgador una prenda.

-¿por qué no se puede Ocupar las demás habitaciones?- miro las puertas cerradas que están en el pasillo.

-a una la adapte como bodega y la otra con mis masquinas de ejercicio-me Lanza una sudadera grande.-vivo solo y no tengo familia, por lo que no necesito un cuarto de visitas, y tampoco creo en los gimnasios a si que ahí dentro tengo mis propias máquinas de ejercicio-cierra las puertas de su guarda ropa.

-y... aveces ¿no te sientes solo?-pregunto con cautela de no sonar muy entrometida. opta por poner su cara de póker.

-no-replica y muerdo mi lengua-me mantengo ocupado...

-pero..

-Tu tienes tus secretos, al igual que yo tengo los míos-dice-prefiero no hablar de eso, al igual de que estoy seguro de que tú prefieres no explicarme tu temor a las tormentas-buen punto. Asiento con mi cabeza viendo mis pies columpiarse.
Suspira-ven- estira su mano haciendo gestos para que lo siga-cocinemos algo-intenta dulcificar su voz. Premio al esfuerzo.

-¿cuál es tu cuarto de ejercicios?- le pregunto en el pasillo. Me hace un gesto con la cabeza señalando una puerta. La abro y veo cinco máquinas para diferentes tipos de ejercicios.-¿por qué no crees en los gimnasios?

-por que pagas todo un mes para que a los tres días te da pereza ir hasta ahí, o no tienes el tiempo-se apoya en el marco de la puerta- ademas, cada ves qué pasó por acá recuerdo que debo ejercitar-dice-ahora amenos que me quieras viendo usar esas cosas vamos por algo para beber-toma la pomo de la puerta y la cierra.

...

-Ethan me vas a tener que prestar ropa -le digo tratando de secarme. el muy idiota aquí a mi lado empapo toda la ropa que traíamos puesta con un batido de fruta, ¡PERO VENGA!, ¿como se le olvida poner le la tapa a la licuadora antes de encenderla?.

-Ethan ¿estás seguro que sabes preparar batidos?-le digo mirándolo extrañada mientras que él pela la fruta de forma no muy convencional, ahora la manzana no mide no la mitad de lo que lo hacía antes.

Enséñame a vivir (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora