13: Niñera de veinteañeros en túneles oscuros busca ayudante

2K 196 31
                                    

-Entonces, ¿diez entradas de adulto y tres de niño? -preguntó la cajera, mirando a Álex que sacaba los billetes de su cartera mientras asentía.

Me pareció indignante que a Alice y a mí nos hicieran pagar entrada infantil, quiero decir, ¡ya éramos mayores de edad!
Aunque me parece aún más indignante que la cajera ni siquiera nos pidiera el DNI para comprobar si era cierto que aún no teníamos los dieciocho. Eso no me pasaba cuando salía de fiesta con Raúl, te cuestionaban en algunos lugares hasta si tu pelo era real.

En cualquier caso, chicos no engañéis a la gente con la edad que tenéis, os pueden pillar y eso no mola. Decidle no a las mentiras.

-Chicas, mirad el lado positivo -dijo Nathan, rodeándonos con un brazo a Alice y con otro a mí-: la entrada nos ha salido más barata y Lara no ha quedado como la pequeña del grupo.

Alice le lanzó una mirada asesina y fue hasta donde estaba Álex. Yo por mi parte me limité a gruñir.
Estaba acostumbrada a que confundieran mi edad, así que no le di más vueltas.

Nuestra entrada no incluía la oferta de visita guiada, así que pudimos separarnos del grupo de visita sin problemas.

Eramth nos guió por el castillo.
Subimos las escaleras principales, pasamos por la sala del trono y los calabozos, hasta llegar a una parte que prohibía el paso a la gente. Era como una sala de tortura, tenía jaulas colgadas, mesas con esposas oxidadas y ataúdes con pinchos. Todo muy agradable.

Eramth se aseguró de que nadie nos prestaba atención e hizo un gesto en espiral con la mano. La sala de tortura desapareció, siendo reemplazada por un largo y oscuro túnel.

-Vamos -dijo el mago, levantando el cordel que nos cortaba el paso para que entráramos al pasadizo-. No os separeis, este túnel está hecho para confundir a los intrusos y conducirlos a trampas, para que no encuentren a los Hermanos de las Brumas.

-Que alentador -comentó Javier, antes de agacharse y pasar al otro lado del cordel.

Todos seguimos su ejemplo.
Avanzamos por el túnel muy pegados entre nosotros, para no perdernos. Sentía el roce de la mano de Charlotte en mi brazo mientras caminábamos en medio de la oscuridad. Costaba ver unos palmos por delante nuestro y lo único que se escuchaba eran nuestros pasos y respiraciones. Eso me inquietaba bastante porque estaba acostumbrada a percibir muchos sonidos al mismo tiempo con mi oído desarrollado. Tanto silencio resultaba pesado y abrumador.

Repentinamente un grito desgarrador se escucho por todo el túnel. El pánico me invadió y desenvainé uno de mis cuchillos. Tenía tanto miedo que casi quería empezar llorar, y eso me hizo pensar que todo era obra de la magia del túnel: ni siquiera en la guerra contra Aradia había estado tan asustada.

El grupo se había detenido al escuchar el grito, pero Eramth nos hizo seguir y guardar las armas. Nos dijo que cuanto más tiempo pasa ramos ahí peor serían las alucinaciones, con lo que solo consiguió que camináramos más rápido y más juntos.

Sentí una mano rodearme la muñeca izquierda, pero estaba demasiado oscuro para ver quién era. No intenté soltarme al notar que el agarre era más protector que otra cosa. La persona en cuestión se inclinó hacia mí hasta juntar nuestras cabezas.

-No te separes de mí -dijo Oliver en un susurro-, tengo también a Lara.

Asentí con la cabeza, aún sabiendo que no podía ver el gesto. Me tranquilizaba un poco notar contacto con otra persona.

No estoy segura cuánto tiempo estuvimos caminando a oscuras y en silencio hasta que Álex preguntó:

-¿Alice? -no obtuvo respuesta y su tono se tornó aún más preocupado- ¿Alice? ¿Dónde estás?

Flecha Temporal [CS#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora