56: Me marco un Laia en pleno entrenamiento. Mi pobre nariz...

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Nathan no pudo esquivar el puño de Mishell, y su hermano lo tuvo que sujetar para que no cayera al suelo aturdido.

-¡Es un entrenamiento! -se quejó el pequeño de los gemelos, frotándose la mejilla dolorida.

La tigresa se encogió de hombros y chocó el puño conmigo.

Los gemelos Solano habían insistido en hacer una pelea contra Mishell y yo. Íbamos ganando.

-¿Una ronda más? -pregunté, una vez ambos hermanos estuvieron preparados. Asintieron, dándome vía libre para atacar.

Corrí hacia Michael y lo agarré de los hombros, haciéndonos girar en el aire y caer de golpe contra el suelo.
Me recuperé antes pero Nathan me tiró a un lado. Mishell tomó mi puesto, intentando inmovilizar a su novio, pero era escurridizo.

El pequeño de los gemelos me dio un mordisco a traición en un momento que estaba despistada y yo le di un tortazo de revés como acto reflejo.

-¡Tía! -exclamó- La otra mejilla...

Hice una mueca a modo de disculpa y le cogí un brazo. Me giré, pegando mi espalda contra su pecho y lo lancé por encima de mí.

Nathan arqueó la espalda de dolor al golpearse con fuerza contra el suelo.

-Use our weapon -le dijo a su hermano, pidiéndole que cogiera su cuchillo doble.
Al principio habíamos quedado que cada pareja tenía un arma a su disposición.

Michael hizo lo que le pedía y sacó los dos filos de su cuchillo. Cada uno salía de un extremo del mango.
Hizo girar el arma delante de él, haciendo que Mishell retrocediera un poco.

Era gracioso que la tigresa tuviera una maleta llena de objetos peligrosos desde dagas hasta hachas gigantes, pero casi nunca los utilizaba.

Nathan me dio una patada entre las piernas, haciendo que yo viera las estrellas y no precisamente de gusto.
Me encogí un poco de dolor y le saqué el dedo al pequeño de los gemelos.

-Venganza -dijo, encogiéndose de hombros.

Salté sobre sus piernas, tirándolo al suelo. Conseguí ponerlo de cara al suelo y me senté en la parte baja de su espalda, sujetando sus brazos.

Vi cómo Michael intentaba derribar a la tigresa, pero está tenía más fuerza y acabó tirada encima de él.

-Bonitas piernas, ¿a qué hora abren? -preguntó descaradamente el mayor de los gemelos, acariciando las piernas de su novia, que ahora estaba sobre su pecho.

Mishell le dedicó una sonrisa de medio lado y le dio una patada.

-Cuando tú quieras, cariño -respondió tranquila.

Al final tuvimos que parar por puro agotamiento. Pero que conste que ganamos Mishell y yo... Aunque prefiero no enfrentarme en un tiempo a los gemelos.

Como no me apetecía pasar el resto de la tarde aburrida en mi habitación busqué otra cosa que hacer: entrenar mis habilidades en las alturas.

Sí, así es como acabé subida a una barra de metal de diez centímetros de ancho, con Oliver, a quince metros sobre el suelo.

El cazador me había logrado empujar y yo estaba sentada con la barra entre las piernas. Me balanceé para darme impulso, apoyando las manos en el metal. Elevé las piernas por encima de mi cabeza y las apoyé en la barra delante de las manos, incorporándome.
Oliver me miró con los ojos muy abiertos.

-Tu hermana no es la única que ha hecho gimnasia rítmica -le recordé con una media sonrisa. Oliver asintió dándome la razón.

Sin esperar un segundo, corrió hacia donde yo estaba. Se movía con seguridad y facilidad sobre la estrecha barra.
Intentó asestarme un puñetazo, pero detuve su brazo antes de que me golpeara. Cuando fui a devolvérselo, él fue más rápido y me agarró la muñeca. Me hizo dar la vuelta, pegando mi espalda contra su pecho y trató de tirarme, pero le di una patada en la rodilla, haciendo que perdiera el equilibrio.

Flecha Temporal [CS#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora