Capítulo 19

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- Hey – saludé.

Estaba sentado, esperando en una grada. Él se limitó a saludar con la cabeza. Se hizo a un lado, dejándome espacio. Me senté.

- Phoebe, te conozco muy bien. Emma te hizo hablar de esto, ¿no es así? – asentí. Meneó la cabeza. – Esto tenía que salir de ti, porque así lo decidiste. No porque tu mejor amiga te lo dijo.

- Sé que me dejé llevar, pero luego me di cuenta que tenías razón. Debía perdonarte. Era lo correcto – me observó durante un instante.

- ¿Sabes lo que más me dolió? Que no confiaste en mí. Que pensaste que era mentira – posó sus ojos marrones sobre los míos, y se pasó la mano por la cabeza, peinándose su cabello marrón lacio con flequillo de lado. – Yo te quiero. Siempre te quise. Y sé que era un momento de duda, y que no estabas segura de lo que sentías. Lo entiendo; pero aun así... aun así... aunque dudes, aunque quizá no me quieras... yo sí te quiero. Y mucho. Puede sonar cursi, pero si te elegí es por algo – me tomó de las manos. – Comencemos esto de nuevo, ¿sí? – lo abracé, y apoyé mi cara sobre su pecho.

- Está bien – dije, con voz ahogada. – Lo siento, lo siento mucho – posó su mano sobre mi cabello.

- No te preocupes – apoyó su barbilla sobre mi cabeza, y así nos quedamos por un largo tiempo.


- ¿En dónde estabas? – me dijo Emma, molesta. – Te esperé toda la tarde.

- Lo siento. De veras. Es que estaba con James, y...- me cortó.

- ¿James? – se extrañó. – ¿Por qué?

- Nada. Hicimos las paces.

- ¿Se besaron?

- ¡Emma! – esbozó una sonrisa. – No. Solo nos abrazamos – asintió. - ¿Podemos estar bien? – pedí, colocándome, con mi mochila en un hombro, justo delante de ella.

- Está bien – enlazó un brazo con el mío. – Es que...

- Te dolió porque él es tu primo, y tú lo quieres mucho. Quizá como un hermano. Lo sé – suspiré. – Últimamente he lastimado a mucha gente, aunque no era mi intención.

Estábamos en la plaza, caminando tranquilamente. Luego, íbamos a ir a la playa. Hacía calor.

- Está bien, te perdono. Perdón por presionarte, es que no lo podía ver así a James.

- Perdonada.

- ¿Van a seguir juntos?

- Sí, por supuesto. Pero jamás me dijo por qué me quería a mí, por qué quería que yo sea su novia.

- ¿No te dijo que te quería, o algo por el estilo? – me sonrojé.

- Puede ser, sí.

- Es que de verdad lo siente. De verdad te quiere. No puedo explicar con palabras lo que sentía cuando yo te mencionaba. Era una cosa que balbuceaba y se ponía peor que tú en este momento – lancé una carcajada. Aun sentía mis mejillas calientes por el rubor. – Estás loca por él, admítelo.

Seguimos hablando un rato más, hasta que fuimos a surfear. Dejé mi celular en un bolso en el piso, junto al resto de las cosas de Emma, y fuimos corriendo al agua. Un minuto después, me llegó un mensaje. Mensaje que no leí hasta tres horas después.

Prohibido EnamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora